Hola de nuevo:
Hon Ken escribió:
Ganas de cargarse un clásico: nada más que falta que lo hagan en 3D.
Creo, sin caer en parcialismos tendenciosos, que tu aseveración resume perfectamente la impresión de la mayoría de los fans de la película de Van Damme (
Aguila negra,
Black Eagle, 1989), por cuanto supuso para un subgénero -incardinado dentro del género del cine de acción-, a pesar de ser un filme de presupuesto extremadamente limitado, de una compañía especializada en producciones de serie B,
Cannon Films Co., que apostó por un actor desconocido para protagonizar una película destinada inicialmente al mercado videográfico.
Jean Claude Van Damme metió
toda la carne en el asador: es decir, se
alió de tal manera con el plantel técnico -el veterano director Newt Arnold (
El paso de la muerte,
All the Young Men, 1960); el asistente de dirección Ken Siu (Kickboxer, 1989); el guionista Sheldon Lettich (
The Hard Corps, 2006), con quien iniciaría una estrecha amistad; el coreógrafo Frank Dux (
Sólo el más fuerte,
Only the Strong, 1993)- y el plantel artístico -Bolo Yeung (
Operación dragón,
Enter the Dragon, 1973), a quien prometió que cuando fuera una estrella del cine de artes marciales le reservaría un papel de villano en una superproducción; Johnny Cheung (
Dragón: la vida de Bruce Lee,
Dragon: The Bruce Lee Story, 1993), con quien intercambió ideas para las coreografías y Paulo Tocha (
Salvaje,
In Hell, 2003), un campeón de Boxeo tailandés que también congenió con el actor belga- de tal manera que aportasen lo mejor de cada uno en el rodaje.
Las jornadas interminables de trabajo en Hong Kong no mermaron el entusiasmo de Jean Claude Van Damme, que a veces acusaba dolores musculares que eran mitigados por el quiromasajista chino Rambo K. K. Kong (
Dragón: la vida de Bruce Lee,
Dragon: The Bruce Lee Story, 1993), conocido en el mundo del cine por sus trabajos como actor, entrenador y especilista de filmes de AA. MM. de la ex-colonia británica.
Pero la implicación de Jean Claude no terminó en la Perla de Oriente, durante el rodaje, pues después en EE.UU., trabajó codo con codo con Carl Kress (
Peligrosamente unidos,
Wedlock, 1991)quien realizó un montaje pésimo de las secuencias rodadas, que necesitaron un segundo montaje.
¡Cómo no iba a convertirse
Contacto sangriento en un filme de culto con el paso del tiempo!
Saludos,
LOup 
