Susceptibles hasta la médula
Publicado: 18 Ene 2006 15:36
Hola, amigos:
Creo que la mayoría de los alumnos de una clase de Taichi Chuan asistimos a diario al gimnasio por varias razones: mejorar nuestra condición física sin lesiones, aprender un estilo interno de Wu Shu, eliminar estrés acumulado a diario, coadyuvar al mantenimiento de la salud, etc. Quien más quien menos coincide en ciertos puntos que el Boxeo del Supremo Ultimo Puño pone al alcance de todos, siempre y cuando se disponga de sufienciente paciencia, determinación y voluntad para perseverar en la práctica.
Ahora bien, el fin último -y es mi opinión- del Taichi Chuan es adquirir una vida plena, es decir, sentirse bien con uno mismo. Y cuando uno empieza a sentirse magníficamente el sentido del humor hace acto de presencia, dando lugar a una propensión a las bromas inocentes, salpimentadas por la naturalidad.
Tengo dos compañeros de Taichi Chuan, más veteranos que yo, que en una cena que celebramos en Navidad se tomaron a pecho mis constantes vaciles, en tono incisivo, que les lancé... Desde aquel día me miran de otra manera... Para más inri, ayer les gasté un par de bromas. A uno le comenté cosas del Arte, sobre todo de Filosofía taoísta, y me contestó: Me estás provocando para que hable, y así el profesor me va a echar la bronca. Je, siempre que comienza a elucubrar, el monitor le dice que baje al suelo, que deje de volar por las nubes y pise firme. Pues bien, cuando terminó la clase, escapó del gimnasio como alma que lleva el Diablo. Normalmente quedamos para tomar algo en una Cafetería... Me he preguntado, hoy al despertarme: ¿Me estaré pasando de listo?
Con una compañera tengo un problema similar (en la cena se tomó mal mis chascarrillos graciosos), siempre que me río (y creedme tengo una risa estentórea) de algún comentario suyo, lo considera una falta de respeto; ¿habré errado en algún momento? Ayer cuando tomábamos algo casi todos los alumnos, realizó un comentario ufano (dando a entender que su criterio era inequívoco), y, claro, solté una carcajada que no le sentó bien. Al instante, le pedí perdón... pero creo que en su fuero interno me guarda rencor...
Buf, me temo que de seguir así, me ganaré (si no me los he ganado) dos enemigos que pueden hacerme daño -confío en que no sean tan viperionos como para castigarme al ostracismo marcial-, presionando al profesor para que me invite a largarme del gimnasio. ¿Créeis que estoy sobrepasando los límites del respeto? ¿O, por contra, ellos son demasiados susceptibles?
Un saludo,
Fer :shock:
Creo que la mayoría de los alumnos de una clase de Taichi Chuan asistimos a diario al gimnasio por varias razones: mejorar nuestra condición física sin lesiones, aprender un estilo interno de Wu Shu, eliminar estrés acumulado a diario, coadyuvar al mantenimiento de la salud, etc. Quien más quien menos coincide en ciertos puntos que el Boxeo del Supremo Ultimo Puño pone al alcance de todos, siempre y cuando se disponga de sufienciente paciencia, determinación y voluntad para perseverar en la práctica.
Ahora bien, el fin último -y es mi opinión- del Taichi Chuan es adquirir una vida plena, es decir, sentirse bien con uno mismo. Y cuando uno empieza a sentirse magníficamente el sentido del humor hace acto de presencia, dando lugar a una propensión a las bromas inocentes, salpimentadas por la naturalidad.
Tengo dos compañeros de Taichi Chuan, más veteranos que yo, que en una cena que celebramos en Navidad se tomaron a pecho mis constantes vaciles, en tono incisivo, que les lancé... Desde aquel día me miran de otra manera... Para más inri, ayer les gasté un par de bromas. A uno le comenté cosas del Arte, sobre todo de Filosofía taoísta, y me contestó: Me estás provocando para que hable, y así el profesor me va a echar la bronca. Je, siempre que comienza a elucubrar, el monitor le dice que baje al suelo, que deje de volar por las nubes y pise firme. Pues bien, cuando terminó la clase, escapó del gimnasio como alma que lleva el Diablo. Normalmente quedamos para tomar algo en una Cafetería... Me he preguntado, hoy al despertarme: ¿Me estaré pasando de listo?
Con una compañera tengo un problema similar (en la cena se tomó mal mis chascarrillos graciosos), siempre que me río (y creedme tengo una risa estentórea) de algún comentario suyo, lo considera una falta de respeto; ¿habré errado en algún momento? Ayer cuando tomábamos algo casi todos los alumnos, realizó un comentario ufano (dando a entender que su criterio era inequívoco), y, claro, solté una carcajada que no le sentó bien. Al instante, le pedí perdón... pero creo que en su fuero interno me guarda rencor...
Buf, me temo que de seguir así, me ganaré (si no me los he ganado) dos enemigos que pueden hacerme daño -confío en que no sean tan viperionos como para castigarme al ostracismo marcial-, presionando al profesor para que me invite a largarme del gimnasio. ¿Créeis que estoy sobrepasando los límites del respeto? ¿O, por contra, ellos son demasiados susceptibles?
Un saludo,
Fer :shock: