Empecemos por el karate okinawense, que hasta entrados el sXIX era un sistema de defensa personal civil. A principios del sXX, ante la muy probable desaparición del mismo, los maestros okinawenses deciden llevarlo al Japón para ver si se escampa, siguiendo el ejemplo del Kendo y el Judo. Para ello, deciden adaptarlo a lo esperado por el público japonés: pasan de un sistema de defensa personal a un sistema de ejercitación física y de conformidad social, con sus trajes, sus cinturones de colorines, sus danes, etc. Durante este proceso le quitan todo lo que sirve para algo de defensa y solamente dejan la cáscara. Dicho de otra forma: enseñan los kata pero ni sus aplicaciones ni una mecánica corporal adecuada. Recordemos que Okinawa fue invadida por Japón, así que a ver si te crees que los maestros okinawenses enseñarían a los japoneses sus tradiciones de lucha así como así. Nace así el karate japonés.
Para no complicarlo demasiado con escuelas y estilos, pensad en cómo se mueve un adepto a Shotokan. La verdad es que los japoneses hicieron un gran trabajo sacándole punta a lo que les llegó de Okinawa, pero resultó en una forma de movimiento rectilinea, dura y nada fluida. Y nada útil para defensa personal, pero da igual porque no es el objetivo. El objetivo es cansarse, molar mucho y tener filas de gente haciendo todos lo mismo al mismo ritmo (marcado por un superior) para que luego la instrucción militar no sea tan chocante. Pero esta forma de moverse caló, básicamente porque es muy sencilla y accesible, lo cual es ideal si quieres vender el producto en masa.
Resulta que los japoneses llevan este karate a Korea y les explican alguna cosilla. Recordemos que Japón invadió Korea, así que a ver si te crees que los maestros japoneses enseñarían a los koreanos sus tradiciones de lucha así como así. Nace así el karate koreano, o Tang Soo Do. Con el tiempo, por supuesto, los koreanos van metiendo lo suyo, pero básicamente piensan que eso no sirve para nada (cierto) y que los japoneses no son koreanos y Korea mola mucho más, así que en vez de invertir en tradiciones extranjeras convierten el karate en una tradición milenaria auténticamente koreana: el Taekwondo. Éste no será un sistema de defensa personal (karate okinawense) ni un budo (karate japonés), si no algo distinto: un deporte. En consecuencia, la mecánica corporal cambia completamente para que funcione como deporte, peeero alguien tiene la idea de mantener los kata, reorganizarlos todos a su conveniencia y crear su propio sistema de poomsae siguiendo la mecánica corporal del karate japonés, pero peor. Porque, claro, un deporte recién inventado y que no practica nadie es difícil de justificar como algo milenario, así que esa parte cumple el expediente.
Y llegamos al final. Todo este rollo es para entender que el Taekwondo tiene dos almas o mecánicas corporales: la deportiva (cuyo fin es la competición deportiva) y la, eeh, llamémosla tradicional (cuyo fin es sí misma). Y ahora ya puedo contestar:
Sí, el Shotokan tradicional (también tiene deportivo porque, claro, hay que competir) es más complejo porque los kata son más complejos. Los poomsae son una simplificación excesiva y, en consecuencia, son menos exigentes técnicamente y la técnica se desarrolla menos, como es normal.aforismo escribió: ↑03 Abr 2020 12:35Hablando desde el desconocimiento, creo que el WFT es más parecido al Shotokan, en la forma de ejecución de las técnicas, siendo el Shotokan más complejo. Si bien es cierto que en la práctica el ITF entrena técnicas de puños y patadas por igual a diferencia del WFT, como hace el Shotokan.
El ITF se parece más al Shotokan porque equilibra el trabajo de ambas mecánicas corporales. En cambio, desde la WTF se prioriza la faceta deportiva, con lo que la mecánica tradicional es particularmente mala. En realidad, para la mayoría de taekwondoin son una cosa molesta que te obligan a hacer pasar de grado y que no sirve para nada.
No son un ejercicio de energía interna. El subir y bajar es un componente esencial de una correcta mecánica corporal, así que alguien en algún momento pensó que debía estar en el Taekwondo. Pero lo cierto es que es un aspecto básicamente incompatible con la mecánica corporal heredada del karate japonés, así que el resultado es lo que ve todo el mundo ve aunque no lo diga: un movimiento artificial metido con calzador y que no tiene ningún sentido. Están muy, muy, muy lejos de hacer algo parecido a fajing.