Recordando a un amigo de los lobos
Publicado: 21 May 2007 17:31
Saludos,
Somos muchos los amantes del lobo en este foro y quiero compartir con vosotros el recuerdo de una gran persona que ya no está entre nosotros. Moraba por tierras sanabresas y se lo encontraba casi siempre en su (nuestra) amada sierra de la culebra.
Los que tuvimos la suerte de pasar por sus manos lo recordamos como el maestro que no había ni en escuelas ni en facultades, un naturalista de vieja escuela, un “converso” al amor por los lobos que transmitía conocimientos y corazón por igual.
Hoy encontré esta carta en la revista Quercus (Quercus 255, Mayo 2007) en la que un señor que no conozco (Luís de Riego, Puebla de Sanabria, Zamora) pone por escrito muy bien lo que sentimos todos y todas las que compartimos desvelos con Manolín, aprendiendo a conocer y querer un poco más el lobo y esta tierra.
En memoria de Manolín y de todos los que trabajan porque siga oyéndose el aullido en españa.
“En recuerdo de Manuel Gallego
Han pasado cinco años desde que nos dejó Manuel Gallego, una de las personas que mejor conoció y más defendió al lobo ibérico. Durante los más de veinte años que Manolín trabajó como guarda mayor de la Reserva de Caza de la Sierra de La Culebra (Zamora), cientos y cientos de amantes de la naturaleza pasamos por el gran santuario lobero de Europa occidental para escucharle.
La mayoría de los que son y han sido expertos en la especie aprendieron con él, sobre todo Ramón Grande del Brío, que pasó más de cinco años viniendo a estos montes. En su mítico libro El lobo ibérico. Biología, ecología y comportamiento cita constantemente a Manolín. Después publicó Tras la senda del lobo, huella que dejó Manolín en la Sierra de la Culebra, escrito en homenaje a “quién guió mis primeros pasos en el estudio del lobo”. Un libro precioso, desde luego.
Conocí a Manolín en 1991. Acudió a unas charlas medioambientales que los miembros del grupo ecologista Ciconia estábamos dando por la comarca de Sanabria. A partir de entonces nació una amistad inolvidable e irrepetible. Era un maestro de la vida en todos sus aspectos y hablando de ella, de la vida, hablábamos de lobos. Y viceversa. Como un lobo matrero enseñando a unos jóvenes cachorros, nos contó sus experiencias con intensidad y paciencia. Era un excelente orador y lograba que todos, desde niños a ancianos, le prestáramos la máxima atención cuando hablaba.
Una noche nos llamó por teléfono: “Venid, porque estos días serán buenos de lobos”. Al instante emprendimos viaje y de madrugada estábamos mi hermano Javi y yo metidos con él en la sierra. Caía lluvia fina y a los pocos minutos nos dijo: “Ahí están”. Eran tres animales que estuvimos viendo durante más de una hora. Nuestros primeros lobos. Jamás lo olvidaré.
Después vinieron muchas más esperas y avistamientos, cientos de horas de conversación, la participación en jornadas y foros sobre la especie, viajes juntos, cursillos de naturaleza en los que colaboraba con nosotros y tantos y tantos momentos. Le perdimos el 20 de enero de 2002, desde entonces, la Culebra ya no es la misma sin él, pero su huella es imborrable”.
Luís del Riego. Puebla de Sanabria, Zamora (Quercus 255. Mayo 2007)
Un abrazo,
X.
Somos muchos los amantes del lobo en este foro y quiero compartir con vosotros el recuerdo de una gran persona que ya no está entre nosotros. Moraba por tierras sanabresas y se lo encontraba casi siempre en su (nuestra) amada sierra de la culebra.
Los que tuvimos la suerte de pasar por sus manos lo recordamos como el maestro que no había ni en escuelas ni en facultades, un naturalista de vieja escuela, un “converso” al amor por los lobos que transmitía conocimientos y corazón por igual.
Hoy encontré esta carta en la revista Quercus (Quercus 255, Mayo 2007) en la que un señor que no conozco (Luís de Riego, Puebla de Sanabria, Zamora) pone por escrito muy bien lo que sentimos todos y todas las que compartimos desvelos con Manolín, aprendiendo a conocer y querer un poco más el lobo y esta tierra.
En memoria de Manolín y de todos los que trabajan porque siga oyéndose el aullido en españa.
“En recuerdo de Manuel Gallego
Han pasado cinco años desde que nos dejó Manuel Gallego, una de las personas que mejor conoció y más defendió al lobo ibérico. Durante los más de veinte años que Manolín trabajó como guarda mayor de la Reserva de Caza de la Sierra de La Culebra (Zamora), cientos y cientos de amantes de la naturaleza pasamos por el gran santuario lobero de Europa occidental para escucharle.
La mayoría de los que son y han sido expertos en la especie aprendieron con él, sobre todo Ramón Grande del Brío, que pasó más de cinco años viniendo a estos montes. En su mítico libro El lobo ibérico. Biología, ecología y comportamiento cita constantemente a Manolín. Después publicó Tras la senda del lobo, huella que dejó Manolín en la Sierra de la Culebra, escrito en homenaje a “quién guió mis primeros pasos en el estudio del lobo”. Un libro precioso, desde luego.
Conocí a Manolín en 1991. Acudió a unas charlas medioambientales que los miembros del grupo ecologista Ciconia estábamos dando por la comarca de Sanabria. A partir de entonces nació una amistad inolvidable e irrepetible. Era un maestro de la vida en todos sus aspectos y hablando de ella, de la vida, hablábamos de lobos. Y viceversa. Como un lobo matrero enseñando a unos jóvenes cachorros, nos contó sus experiencias con intensidad y paciencia. Era un excelente orador y lograba que todos, desde niños a ancianos, le prestáramos la máxima atención cuando hablaba.
Una noche nos llamó por teléfono: “Venid, porque estos días serán buenos de lobos”. Al instante emprendimos viaje y de madrugada estábamos mi hermano Javi y yo metidos con él en la sierra. Caía lluvia fina y a los pocos minutos nos dijo: “Ahí están”. Eran tres animales que estuvimos viendo durante más de una hora. Nuestros primeros lobos. Jamás lo olvidaré.
Después vinieron muchas más esperas y avistamientos, cientos de horas de conversación, la participación en jornadas y foros sobre la especie, viajes juntos, cursillos de naturaleza en los que colaboraba con nosotros y tantos y tantos momentos. Le perdimos el 20 de enero de 2002, desde entonces, la Culebra ya no es la misma sin él, pero su huella es imborrable”.
Luís del Riego. Puebla de Sanabria, Zamora (Quercus 255. Mayo 2007)
Un abrazo,
X.
