Mensaje
por Týr » 09 May 2007 14:08
Muchas veces, en este mismo foro, nos hemos hecho eco de noticias sobre como un competidor de DDCC, de incuestionable efectividad, ha sido agredido y herido, a veces muerto por desgracia, en una trifulca en la calle. Por muy campeón que fuera, estaba fuera de su lugar. ¿Algo parecido sucede al revés, metiendo las artes de guerra en un ring?¿Están diseñadas estas artes contemplando la situación de duelo preestablecdo, o solamente la agresión sorpresiva?
La principal diferencia se basa en varios factores:
- Método de entrenamiento: pocos artistas marciales están dispuestos a someterse a los rigores que requiere el combate reglamentado a pleno contacto. No obstante, tenemos claros ejemplos de que cuando un artista marcial no rehuye el contacto puede triunfar en eventos deportivos (Ashihara, Kyokushinkai, Judo...).
- Rango de técnicas utilizadas: de igual modo que el 'striking' deportivo puro se ve severamente limitado ante el 'grappling' deportivo puro, este a su vez se ve sometido con cierta facilidad ante los deportistas que dominan ambas disciplinas o que, al menos, son especialistas en una y poseen nociones avanzadas de la otra. Cualquier cambio en la reglamentación supone una nueva selección natural de competidores, los cuales habrán de pasar por un proceso de adaptación y criba antes de volver a despuntar. Por eso mismo, y sin escudarnos en la supuesta magia de los golpes en puntos "sensibles" (funcionan, pero no es tan sencillo como parece hacer uso de ellos; sobre todo si se pretender usar como único recurso), el simple hecho de poder golpear en los genitales, morder o atacar los ojos (aunque fuera sin contacto pleno, marcando el golpe y sumando puntos) variaría notablemente el desarrollo de una contienda deportiva, ya que los competidores no se hallarían tan ansiosos de enredarse en el suelo con el rival y tenderían a guardar las distancias y eliminar cierto tipo de técnicas que les dejarían a merced del rival (pensemos en la esgrima, donde cada estocada bien asestada es incapacitante de inmediato).
- Por último, y no por ello menos importante, los deportista de contacto de los eventos son atletas profesionales, gente dotada de una capacidad física y mental **MUY** superior a la de la media. No podemos compararlos con el practicante medio de artes marciales. Ni de lejos. Asimsimo, si asumimos que la reglamentación de los eventos favorece un determinado desarrollo del combate (en TKD se preponderan las patadas, en Karate la rapidez pura dejando a un lado los encadenamientos, en Boxeo se obvian los peligros de 'clinch', en el Pride no se permiten los codos...), es normal que todo aquel que pretenda ganarse la vida con ello tienda hacia la solución probada más sencilla y descarte todo aquello que, aunque pueda mejorar sus capacidades combativas a nivel general, no le sirva en un cuadrilátero. Por decirlo de otro modo: un competidor de alto nivel de BJJ -que no de MMA- olvidará por completo el trabajo de 'striking' e incluso que ir al suelo puede ser un suicidio en la calle. Lo cual puede que no sea la mejor opción de cara a la defensa personal, pero sí para prevalecer en su especialidad.