SMART TRAINING: entrenamiento por cadenas cinéticas.
¿Que son las cadenas cinéticas?
Una cadena muscular es la expresión de una coordinación motriz organizada para cumplir su objetivo, y la componen todas las estructuras óseas, articulares y musculares que se ponen en funcionamiento para la composición coordinada del movimiento.
Este término lo comenzó a usar Philippe E. Souchard a través de su método de terapia manual RPG (reeducación postural global). Si tratamos de buscar el término cadena cinética en un atlas de anatomía no lo encontraremos, puesto que se trata de un término funcional biomecánico, no anatómico.
El entrenamiento por cadenas cinéticas es la base del “entrenamiento funcional” es decir, adaptar al cuerpo al gesto motriz que tiene que desarrollar, y es fundamental que este tipo de entrenamiento, que tanto se ha indicado para rehabilitaciones, y entrenamientos personales sin objetivos específicos, se incorpore de manera organizada a la preparación de las personas que tienen una meta definida. Sin duda, en todos los gimnasios vemos publicidades de “entrenamiento funcional” y vemos a gente realizando ejercicios con gomas, pelotas, bases inestables y un sinfín de implementos, que quizás no sean necesarios para su vida cotidiana, y de ahí que el termino “funcional” cada vez vaya perdiendo su verdadero sentido.
Tenemos que planificar y diseñar el entrenamiento con cadenas cinéticas dentro de una planificación, en la que únicamente después de un entrenamiento base de fuerza, podremos extraer de este tipo de entrenamiento todo su potencial
En mi caso, estoy trabajando tanto con artistas marciales, como con opositores y deportistas de diferentes clases con excelentes resultados.
Gracias a este tipo de entrenamiento, aparte de los beneficios que implica tanto a niveles de mejora de fuerza, como objetivos físicos, podemos encontrar dentro de él otros dos que considero muy importantes para un deportista con un objetivo claro:
Detectar el eslabón débil.
Aumentar la coordinación intermuscular.
Para la preparación de objetivos específicos no podemos centrarnos en rutinas con ejercicios aislantes y analíticos, si no que tenemos que preparar al sistema motor para poder realizar el movimiento determinado de la mejor manera posible, con lo cual, todos los eslabones que componen esa cadena de movimiento, tienen que estar perfectamente orquestados, y si detectamos que en un momento determinado un eslabón no puede cumplir su función correctamente, entonces tendremos que aislarlo y fortalecerlo.
De ahí que adaptado el cuerpo tras la rutina de fuerza inicial, tengamos que pasar a observar detenidamente los gestos que el deportista realiza en sus diferentes pruebas, y diseñar, progresivamente los ejercicios que tendrá que realizar para mejorar y sobre todo readaptar al sistema motriz al gesto concreto.
En cuanto a la mejora de la coordinación, de nada sirve tener un bíceps fuerte, y un dorsal potente a la hora de subir la cuerda, si el sistema nervioso central no ha sido entrenado para coordinar todo el movimiento y por lo tanto, perderemos efectividad. Es decir, utilizando un símil fácil de comprender, tenemos que pensar que a la hora de realizar un movimiento, y de entrenarlo para su mejora, nuestro sistema biomecánico es igual que un ejército, cuyas tropas tienen que estar perfectamente organizadas para poder completar su misión, para ello es necesario un general a la cabeza, y ese, en nuestro caso es el sistema nervioso.
Si el entrenamiento no esta diseñado y realiza movimientos similares al del gesto deportivo a conseguir, entonces lo apoya pero no lo mejora, puesto que él estímulo que recibe la musculatura en un entrenamiento analítico y el estímulo necesario que recibiría a la hora de realizar el movimiento de trepa para subir la cuerda, es completamente diferente.
Quiero resaltar que es de vital importancia que para que este tipo de entrenamiento tenga sus verdaderos frutos, no debe ser incorporado desde el principio, si no en la parte que denominaríamos de “transferencia directa al objetivo”.
Es decir, observo que muchos opositores, desde el primer día incorporan a su entrenamiento, aún cuando sus niveles de fuerza no son los más óptimos, el tan peculiar ejercicio sentados en el suelo, traccionar de una cuerda, imitando el movimiento de trepa sobre la cuerda, y cuando muchas veces preguntándoles por el programa de entrenamiento, me responden que “se lo recomendó un amigo opositor” o “es que le han dicho que es muy bueno” pero en realidad no saben lo que están trabajando, ni porque lo están trabajando, con lo cual, es muy fácil que llegado el momento final, no tengan todo el potencial desarrollado, y es cuando se producen los temidos fallos, o la pérdida de décimas o repeticiones el día de la prueba final.