EXPEDICION A CHINA 2002

Yuan Shi taiji de Longmen. Por J.C. Serrato
5ª Expedición a China. Por Almudena L. de Lerma


Yuan Shi taiji de Longmen
El Taiji taoista de la Puerta del Dragon
Por J.C. Serrato

Introducción

A fecha de 15 Agosto de 2001 el maestro J.C. Serrato entrego al presidente Sr. Li Yu Lin del Templo de Baiyun (Nube Blanca) de Beijing un escrito de parte de su maestro el Abad: Zhong Yun Long de la Montaña de Wudang, para que en el año 2002 les permitieran entrar, entrenar y estudiar en el Templo de Baiyun. Los temas de estudio en Baiyun Guan o tambien como se les conoce en el campo de la religión taoista la Puerta del Dragon, son muy amplios ya que comprenden desde religión taoista, alquimia, filosofia, qigong, taiji, artes marciales, etc... En la cuestion de enseñanzas han accedido después de visitarles el Maestro Serrato y mantener una entrevista personal con el Director del Templo y aclarar con el Sr. Li quien queria personalmente que enseñara a este grupo este es el maestro Zhao Yang Fu de la 19ª generación de Long Men (la Puerta del Dragon). Al concretar ya al maestro decidimos plantear el temario de estudios conjuntamente y después de contarle el maestro Serrato el tipo de estudiantes que vendrían y nuestro curso seria sobre el Taiji antiguo de este templo de Baiyun llamado Yuanshi taiji y Qigong de Longmen. Esto prometía ser un gran curso tanto a nivel teorico como practico y asi a sido la experiencia unica pues las técnicas estilos enseñados son unicos en Europa como nos comento el maestro Zhao. Es la primera vez que se concede este honor a un maestro occidental como nos comenta el presidente del templo al hablar con el maestro Serrato y sobre todo a permanecer entrenando en el Templo. Desde Baiyun Juan C. Serrato deseo que los practicantes y profesores que han estado este año hayan tenido una buena estancia y un sin fin de experiencias. Y a todos los que deseen visitarlo o estudiar el taiji de Yuanshi en el futuro ya se esta preparando la 2º Expedición para el año 2003 a Baiyuin Guan, los interesados deben de dirigirse al maestro J.C. Serrato - c/ San Rogelio nº 4. 28039 . Madrid
Tlf: 913980083 o Email : wushu-serrato@retemail.es

Templo de la Nube Blanca
Baiyun Guan (Beijing)

Historia y fundacion

Al oeste de los bloques de modernas y altas construcciones ubicadas en un pequeño barrio de Xibianmen, en Beijing, se encuentra un grupo escondido de edificios antiguos, elegantes y retirados, conocido como el Templo Baiyun (Nubes Blancas), la "ciudad de los inmortales" del taoísmo. Es el hogar ancestral de la Rama Longmen de Quanzhen, donde tiene su sede hoy día la Asociación Taoísta de Longmen de China. El lugar siempre ha sido considerado como el "primer bosque" de dicha rama del taoismo.

Por "bosque" se hacia referencia originalmente a los monasterios donde habitaban los monjes budistas en congregaciones. Como al comienzo, durante la fundación del taoísmo, su doctrina no requería que los adeptos abandonaran a sus familias, ellos no tuvieron, por largo tiempo, templos donde vivir en comunidad. Sin embargo, el taoísta Wang Chongyang, de la dinastía Jin, después de unir el confucionismo, el budismo y el taoísmo en un todo, fundó la rama de Quanzhen e introdujo en la organización de su religión muchas reglas institucionales similares a las del budismo. La rama Quanzhen tenía establecido que los seguidores debían dejar sus hogares, practicar la autocultivación y aceptar las reglas de abstinencia, en consecuencia se formó el sistema de "bosque", parecido al del budismo. La creación de tal sistema constituye una importante característica institucional que distinguía a la rama Quanzhen de la Zhengyi (llamada también Tianshi).

El Templo Baiyun que ahora vemos es el Palacio Changchun (traducido como Primavera Eterna), reconstruido sobre otro más antiguo en veneración a Qiu Chuji, un taoísta de gran influencia quien viviera durante la transición de la dinastía Jin a la Yuan. Llamado también Tongmi por nombre auxiliar y Changchunzi por sobrenombre, era nativo de Qixia (hoy distrito homónimo de la provincia de Shandong), prefectura de Dengzhou, y, uno de los siete discípulos más importantes de Wang Zhe (a quienes la historia los llaman "Los siete hombres verdaderos" o sea, del rango de inmortal dentro del taoísmo). Qiu nació en 1.148 y a los 19 años abandonó a sus seres queridos para aprender la doctrina del taoísmo. Cuando él había llegado a la montaña Kunlun en Ninghai. Wang Chongyang (otro de los nombres de Wang Zhe) reconoció su gran talento tan pronto lo vio y lo aceptó como discípulo. (Léase la Lápida al Hombre Verdadero de Changchun del Templo Baiyun). Después de morir a causa de una enfermedad el maestro, Qiu viajó a Panxi (hoy un poblado al suroeste de Baoji, provincia de Shaanxi) para retirarse a la vida de ermitaño. Heredero de la doctrina Quanzhen del señor Wang Zhe, compuesta predominantemente del taoísmo y enriquecida del confucianismo y el budismo, se granjeó fama gracias a su austera autocultivación y su habilidad en trabar amistades.

Muchas narraciones folklóricas han dado matices altamente míticos a este período de la vida de Qiu Chuji, y en no pocas de ellas se perciben palpables huellas de la leyenda acerca de cómo Sakyamuni se convirtió en Buda. Según se dice, Qiu se autoperfeccionó con rigurosidad en la montaña Longmen, de Panxi (y de ahí deriva el nombre de la rama creada por sus continuadores: de la Rama Longmen de Quanzhen). Mientras practicaba el taoísmo, sufria penalidades, pues cada día tenia que mendigar para obtener su sostenimiento. El se había fijado como regla pedir limosna cada día a siete casas. Cuando no conseguía comida luego de su recorrido, se pasaba cl día soportando el hambre.

Según cuenta una anécdota, antes de haberse inmortalizado, Qiu se ganaba el pan ayudando a los viajeros a pasar el río Bahe. Es decir, los cargaba sobre Sus espaldas para llevarlos de una orilla a la otra, pero sin regatear por lo que le pagaban. De este modo volaron rápido seis años hasta que las piernas le quedaron hinchadas y llenas de llagas. Justamente al atardecer del último día del sexto año, arribó un agente público quien le pidió ayuda para cruzar el río. Apenas Qiu lo hubo transportado al lado opuesto, el agente desanudó un talego del cual cayó rodando una cabeza de hombre. El agente rugió con ira: "Cuando comenzamos a pasar el río, yo tenía guardadas dos cabezas en la bolsa. Pero resulta que ahora hay una sola. Seguro que la otra se la llevó el agua por tu negligencia, debes pagármela"' Visto que no había salida para el caso, Qiu se ofreció a ser decapitado en compensación. No obstante, sucedió que el oficial era una réplica de la Divinidad Celestial Changgeng, (Dios Venus), para someter al pobre taoísta a una prueba. Entonces, en un zas! de la espada del oficial, Qiu cayó desmayado al suelo. Aquel le metió al punto un libro del Cielo entre su ropa y se fue Al despertarse, el mortal halló el libro sobre su pecho y así se encontró por fin con el taoísmo. A partir de ese instante, se puso a recorrer el país para predicar su religión y al fin fundó la Secta Longmen de Quanzhen Por supuesto que ésta es una pura leyenda que no resiste ningún estudio serio.

Hacia el año 1188, Qiu ya era un hombre de influencia nada despreciable y cierto día, fue citado a la capital por los gobernantes de la dinastía Jin. Por orden imperial se hizo cargo de los ritos de libación de la Fiesta de las Diez Mil Primaveras, con un alto título y por sus servicios meritorios. Durante la última etapa de esa dinastía, Qiu había adquirido la posición de Gran Prior en el seno de su secta. Más tarde, siendo ya un anciano como pocos, culmino otra hazaña, también de significación política, accediendo a un llamado de Gengis Khan, el emperador Tai Zu de la dinastía Yuan (1206-1368): "realizó una odisea de diez mil Li (cinco mil kilómetros) en dirección oeste para visitar en calidad de súbdito al Gran Khan en Asia Central". Se trata de la célebre travesía del taoísta Changchun por la montaña Xueshan (Nevada).

Aun hasta ahora se conserva frente al Salón del Maestro Fundador Q¡u del Templo Baiyun la "Pintura del Hombre Verdadero Changchun Invitado a la Montaña Xueshan", la cual recoge gráficamente el acto mencionado. Por añadidura, la Lápida al Hombre Verdadero Changchun, erguida delante de dicho salón, contiene una inscripción en la cual se pormenoriza este viaje hacia el oeste.

Precisamente se debió a la clarividencia de este gran Pionero, que el taoísmo pudo experimentar una expansion jamas conocida ni antes ni después. En virtud de la ciencia del gobierno y de la salud, consistente en "tomar como lo esencial el respeto al Cielo y el afecto por el pueblo, y como lo primordial la pureza del corazón y el renunciar a los deseos" (Lápida al Hombre Verdadero Changchun) que Qiu tanto enfatizó ante Gengis Khan, éste ordenó a los nobles y los ministros que llamaran a aquél Inmortal Divino" y citó a todos los príncipes para impartir en su presencia la orden de acatar al máximo los consejos del "Inmortal Divino". En 1223, al aprobar la petición de Qiu para regresar al Oriente, el Khan dictó el decreto de respetar y proteger a los seguidores del maestro y de eximirles de la prestación de todos los servicios obligatorios. Este favor del soberano contribuyó, como es lógico, a la evolución de la rama Quanzhen tanto en lo político como en lo financiero.

Durante la primavera de 1224, Qiu se convirtió en el superior del Palacio Taiji (Lo Absoluto) ocupado por las tropas mongolas. Al año siguiente, Gengis Khan reiteró la orden de cambiar estos edificios en el Palacio Changchun (Primavera Eterna) y "promulgó un decre-to para que los hombres probos convertidos a la religión de todo el país fueran subordinados al palacio, además de conceder a este la Placa del Tigre Dorado, en testimonio de que todos los asuntos relativos al taoísmo quedarían al cuidado del "Inmortal Divino".

Fue de tal manera que la rama del Maestro Qiu alcanzó su apogeo sin precedentes. "Como un corolario, la metafísica se vitalizó y el taoísmo vio un sol nuevo. Sus templos se levantaron en todas partes y a ellos afluyó multitud de peregrinos. Esta religión se magnífico en una escala nunca registrada desde la antigüedad. Sin lugar a dudas, el taoísmo subió al punto de su cenit.

En el verano de 1227, a la muerte de Qiu, sus restos, considerados como los de un "ser inmortal" según el taoísmo, fueron acomodados por su discípulo Yin Zhi y otros en el Salón Chushun, perteneciente . Patio Inferior al lado este del Palacio Changchun. Ese es, justamente, el Salón del Maestro Fundador Qiu que se visita en la actualidad. En su centro está colocado el cetro de los restos, en la cual reposa el alma del precursor. Posteriormente, a causa de las contingencias bélicas en la última fase de la dinastía Yuan, los edificios del palacio se fueron deteriorando. No fue antes de inicios de la dinastía Ming cuando se realizó la reparación, tomando como cuerpo principal el Salón Chushun, al tiempo que se rebautizó el palacio oficialmente como Templo Baiyun, para continuar el nombre del salón. Durante varios siglos, el templo permaneció con la calidad de sede de cetro de la Rama Quanzhen. Aunque refaccionado varias veces en la posteridad, el palacio que aparece ante nuestros ojos mantiene más o menos el aspecto conseguido durante la dinastía Qing.

Junto con el sistema de "bosque" se crearon establecimientos especiales para permitir que los fieles pudieran dejar a sus familias, dormir y comer en ellos y practicar la autoperfección. Y al mismo tiempo, tambien aparecieron taoístas errantes, similares a los budistas sin monasterio fijo. El Templo Baiyun, al igual que el Palacio Yonghe (casa lamaista) y el Monasterio Tanzhe (del budismo), que se encuentran tambien en Beijing, disponía de ollas tan enormes que en ellas se podía preparar sopa hasta con 50 kilos de arroz u otro cereal para regalar comida a los peregrinos viajeros Según lo descrito por los clérigos del templo, esas ollas, eran incluso más grande que las del Palacio Yonghe y del Monasterio Tanzhe, y en cada una se podían meter de cabeza tres jóvenes. Mas, hoy no quedan vestigios de la cocina ni de las ollas.

En lo que va de 1956 a 1981, el Gobierno Popular ayudó financieramente en dos ocasiones para reparar el Templo Baiyun. La segunda reparación, en particular, le permitió recuperar el aspecto anterior y presentar de nuevo su esplendor de "primer bosque" de la Secta Longmen de Quanzhen. Franqueada la puerta frontal, el recinto de una considerable envergadura se divide en tres sectores: centro, este y oeste, además del jardín posterior. Delante del templo se lee la frase "Siempre verde a través de la eternidad" en cuatro caracteres chinos vidriados en un pórtico provisto de ventanas arcaicas, el cual consta de siete niveles y descansa sobre cuatro soportes. Este era, en otros días, el lugar donde el personal clerical "observaba las constelaciones estelares y calibraba la atmósfera de las divinidades". Esta edificación presenta ahora una apariencia más que imponente.

En el sector central del establecimiento se hallan por orden los cinco salones principales, a saber: el Salón del Ministro de Alma, el Salón del Emperador de Jade, la Sala de la Ley Antigua, el Salón del Maestro Fundador Qiu y el edificio compuesto por el Pabellón de la Tercera Pureza y el Pabellón de las Cuatro Divinidades, así como la Torre de la Campana y la Torre del Tambor. Mientras tanto, en el corredor oriental se halla el Salón del Señor Fengzhen, y en el corredor occidental el Salón del Inmortal Letrado. Por su parte se encuentra al este la Biblioteca de los Cánones del Pabellón de la Tercera Pureza.

Cuando uno pasa al sector oriental, puede visitar el Salón Nanji (Extremo Sur), la Pagoda del Señor Luo, el Salón del Maestro Hua, el Salón de la Divinidad Zhenwu, el Salón del Dios del Fuego, etc.

En el sector occidental bien vale la pena pasar a ver el Salón del Maestro Lu Chunyang, el Salón de los Ocho Dioses, el Salón del Señor Yuan Jun, el Salón del Señor Yuan Chen, el Salón de los Antepasados y otros edificios.

Al final del templo se encuentra el Jardín Yunji (Cúmulo de Nubes), llamado también Penglai Menor (una isla del mar supuestamente habitada por hadas). Allí se aprecian colinas artificiales arregladas con ingenio, en donde los pájaros cantan y las plantas exhalan sus aromas junto a toda clase de quioscos de fina decoración. El lugar es de increíble serenidad y ejerce un fuerte atractivo a cualquier visitante.

Esto puede darnos una idea de la gran importancia que tuvo en el pasado este templo, asi de la gran cantidad de personas que ingresaron en esta rama del taoismo para su cultivacion. Hoy en dia no es que haya muchos monjes en el interior del templo alrededor de unos 50, pero si que dispone de muchos seguidores por toda China y sobre todo es un punto del turismo de China muy importante que acude multitud de visitantes de todo el mundo.

Para mas información pueden dirigirse al maestro J.C. Serrato - c/ San Rogelio nº 4. bajo- 28039 . Madrid
Tlf: 913980083 o Email : wushu-serrato@retemail.es

QUINTA EXPEDICIÓN A CHINA
Por: Almudena L. de Lerma

Como en años anteriores, el maestro Juan Carlos Serrato, organizó un viaje a la China interior, algo verdaderamente inusual y tan interesante para nosotros a nivel formativo, como la experiencia vivida para beber en las fuentes auténticas del Tai Chi Chuan de dos de los más antiguos claustros de monjes como lo son Long men y Wudang Shan.

El pasado año fue la primera vez que participé en este viaje, asistiendo a la universidad de Wuhan (INEF), en donde compartíamos las enseñanzas del Tai Chi con el Wu Shu externo, de mano de los catedráticos allí existentes.

Cuando pasaron unos meses de este año 2002 supe que, gracias a las gestiones realizadas por el maestro Serrato, que le autorizaban a recibir alumnos en el templo de Baiyun (Nubes blancas) en Pekín (actualmente Beijing). Esto me hizo plantearme de nuevo el volver a China, ya que es la primera vez que admiten estudiantes occidentales en este lugar de culto y alquimia interior, siendo este templo, el único taoísta de Pekín y de gran prestigio en el mundo taoísta. A él acceden monjes taoístas de otras ciudades y es visitado diariamente por muchas personas, estudiosos e investigadores del taoísmo que acuden a él para empaparse de sus conocimientos y legados antiguos. Otros visitantes realizan sus rezos y peticiones, o simplemente practican Chi Kung en las puertas de entrada, a primeras horas de la mañana ya están esperando a que abran sus puertas y nosotros dentro de esta maravilla de lugar.

Nosotros nos alojábamos en un hotel cercano al templo, y a las 5'30 h. de la mañana caminábamos hacia el templo para recibir nuestras clases de Taiji de Yuemei y Qigong de Longmen. Al cruzar el río veíamos a las personas realizando los ejercicios de automasaje, (Qigong) Chi Kung o frotándose con los árboles para activar los meridianos. Cuando llegábamos al templo nos estaban esperando el maestro Zhao Yuan Fu y Marco (nombre dado en español) nuestro intérprete: un estudiante chino de filología española. No sólo fue una pieza clave en este viaje, sino que por su trato exquisito y servicial se convirtió en uno más del grupo, practicando con Tai Chi con nosotros, compartiendo excursiones y risas, y llegando a ser un gran amigo de este fantástico viaje. Él nos facilitó la traducción de la forma de Yuemei taiji, así como las charlas que mantuvimos con el maestro Zhao, y las entrevistas preparadas por el maestro Serrato . Igualmente el Abad, Sr. Li Yu Lin nos brindó una gran ocasión recibiéndonos en privado, conversando y contestando nuestras preguntas, mientras bebíamos té, en una cómoda sala con aire acondicionado y rodeados de un ambiente parecido a la antigua China.

Las prácticas las realizábamos en los jardines del templo, un lugar incomparable. Comenzábamos con una serie de Chi Kung y después trabajábamos una forma antigua de 90 movimientos de taiji. Nos impresionó gratamente la generosidad del maestro Zhao, su fin era enseñarnos y así lo hizo. No escatimó, en ningún momento sus conocimientos, su trato humano y cercano; corrigiéndonos de forma individual, enseñando aplicaciones y empuje de manos (Tuishou).

Y casi sin darnos cuenta, nos vimos vestidos como los monjes, con las ropas que encargamos a medida, practicando delante del representante cultural de Estados Unidos, ya que realizaba una visita cultural al templo y ellos nos pusieron como ejemplo de práctica y seriedad. Llegó un momento que nos sentimos unidos e integrados en el templo, cuando entrábamos por la mañana los monjes nos sonreían mientras peinaban sus largas melenas, o seguían sus quehaceres, cepillándose los dientes en cuclillas al lado de un árbol u otros practicando Chi Kung antes de comenzar sus obligaciones en el templo.

Un día al llegar a clase, el maestro nos sorprendió con unas caligrafías que había realizado expresamente para nosotros. Otro día nos acompañó a visitar la gran Muralla. Fue una excursión atípica, ya que al estar allí nos propuso hacer taiji en la Gran Muralla. Los turistas que visitaban la Gran Muralla se quedaban atónitos ante la presencia del monje, no hubo pocos que hicieron multitud de fotografías en este acto. Creo que todos los que participamos este año en este viaje recordaremos siempre esta imagen en nuestros corazones, así como la comida que tomamos bajo una sombra y la conversación relajada y amigable que mantuvimos con el maestro Zhao Yuan Fu.

Por la tarde era más duro practicar, debido al calor existente en China, pero todos trabajamos entusiasmados y casi no percibíamos a los visitantes que nos hacían fotos mientras realizábamos la forma de Yuemei Taiji. Ahora los turistas eran ellos, nosotros formábamos parte del templo de Baiyun Guan.

En el momento de la despedida de Beijing nos conmovió y el maestro Zhao tubo para cada uno de nosotros unas palabras personales, en donde se advertía que nos conocía y nos animaba a seguir practicando y difundir sus enseñanzas.

Seguramente podremos traerle a España este año 2002 pues el maestro Zhao está dispuesto a venir aquí y formar un buen alumnado en el arte de longmen. El maestro Serrato hará las gestiones necesarias y cuando se sepa la fecha concreta se informará de ello a los interesados. Os aseguro que merece la pena conocerle personalmente.

Wudang Shan

La última etapa del viaje fue a los emblemáticos montes de Wudang, donde el paisaje y los templos te transportan a épocas lejanas y misteriosas. Donde las nubes se pueden alcanzar con las manos y en ocasiones te envuelven en ellas.

Las clases en la Montaña de Wudang se desarrollaron en la academia taoísta, del maestro Zhong Yun Long trabajando en el mismo espacio que los alumnos que viven allí. Es increíble ver a los niños hacer sus entrenamientos siendo tan pequeños, uno de ellos sólo tenía cuatro años.

Allí practicamos la postura del árbol Zhang Zhuang Gong, Tui-shou y la primera parte de la forma de 108 movimientos de San Feng Taiji. Este año nos dio las clases el profesor Chen, un joven dulce y silencioso, que al verle practicar parecía que se deslizaba sobre el hielo, con unos movimientos impecables y a la vez tan suaves que parecía que no hacía nada, verdaderamente se dejaba fluir.

La temperatura en esta zona de China es menos calurosa, lo cual es de agradecer, incluso por la noche refresca y hay que llevar algo de abrigo y dormir con una manta, nada que ver con el calor que pasamos en la ciudad de Beijing. Por ello, fue muy agradable realizar las excursiones por la tarde, visitando los múltiples templos y pagodas, con sus innumerables escaleras, y realizar las compras de las famosas espadas, monedas antiguas, colgantes de jade, amuletos, pintura, etc.

Para regresar a España, lo hicimos por Shanghai, ¡qué gran contraste! Fue como entrar en otro mundo, otra vez ruidos, coches, tiendas, turistas y grandes edificios; en definitiva una gran metrópoli no exenta de belleza y atractivo, donde conviven la cultura china con la arquitectura más vanguardista.

Ahora nos queda a todos los que estuvimos en este viaje, una vivencia inigualable y la gran información que debemos asimilar sobre el Qigong de Long Men y taiji de Wudang, ademas de practicar durante este año venidero. Ha sido una experiencia maravillosa, creo que hemos aprendido mucho más que Taiji quan, hemos vivido el taiji, Qigong y el tuishou... y otra cultura.

Por: Almudena L. de Lerma, 2002