Mensaje
por Gishin Tanaka Flores » 19 Sep 2006 06:51
Hola! Paz en sus coraznones y plenitud en su espíritu
Si, efectivamente he desenterrado un viejo tema, pero es a la sazón, de que se catalogó a los caballeros medievales, como flojos, gulosos y un largo etcétera, cuando justamente la Edad Media, y el cristianismo vio nacer a óredenes de caballería, que se han hecho legendarias, y son pilar fundamental de la herencia marcial occidental.
A diferencia de los caballeros "normales", los caballeros profesos eran ascetas cristianos, esto es, practicaban (Y practican los que aun guardan la tradición) ayuno, oración y mortificación, llegando a niveles espirituales, que ya quisieran para un día de fiesta, muchos, que se autodenominan artistas marciales.
Héroes para unos (Cristianos) y terror para otros (Musulmanes), fueron protagonistas de hazañas, que los samurais de las batallas mas sangrientas en Japón, nunca se lo imaginarían. ¿Milagros o suerte? Dios lo sabrá, pero de que lograron hacer cosas sobrehumanas lo hicieron, se sabe de batallas en las que los sarracenos (Guerreros del Islam) doblaban o incluso triplicaban a los Templarios u Hospitalarios, y aun así, fueron vencidos, la fe en su Dios y su Iglesia (No es propaganda, pero todos sabemos cuál es) lograron partir en dos a los aguerridos pueblos musulmanes.
De hecho, quiero comentarles, sobre la meditación de las órdenes de caballería, misma que es usada aún en la actualidad, por las órdenes supervivientes, o también por la orden de los monjes benedictinos, y es la siguiente:
Non Nobis, Domine, Non Nobis,
Sed Nomini Tuo Da Gloriam La frase cristiana por excelencia:
No por nosotros Señor, no por nosotros
Da Gloria a tu Nombre
La creación de esas asambleas de oración, responde a la necesidad de mantener las nobles tradiciones y buenas costumbres de la Orden hacia Dios, y la Virgen María y a los hermanos.
Sus objetivos eran:
Establecer una comunión espiritual sobre el Cáliz de la Oración entre todos los Caballeros e integrantes de la Asamblea.
Irradiar la fuerza espiritual emanada de la Oración sobre el mundo y sus criaturas; función que siempre han desempeñado las Ordenes contemplativas.
Para este fin utilizaban la oración de Su Señor, conocida también como “oración del corazón” o Hesiquia: “Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten piedad de nosotros”. Los monjes griegos dicen “Kyrie eleison”, “Señor ten piedad”. Esta forma de plegaria está totalmente ligada a los Padres del desierto, a la Regla monástica cisterciense de San Benito y a la Ortodoxia Oriental. Y entre sus diversos significados, quiere decir “Señor, envía tu Espíritu”, que tu amor esté sobre mí y sobre todos”, “que tu nombre sea bendito”, etc.
FORMULA ORACIONAL
Posición y relajación del cuerpo, asumiendo la postura más adecuada: La espalda debe estar derecha, no debe estar curvada, ni la cabeza inclinada. Independientemente de la posición que se adopte, uno debe sentarse con la actitud de una montaña, que quiere decir: estar grávido de presencia, inmóvil, sabiendo que estamos en presencia de la eternidad, detrás, adentro y delante de sí. Algo parecido a la búsqueda del Nirvana de las culturas orientales de tendencia budista.
Cerrar los ojos. Calmar toda emoción. Silenciar toda actividad mental discursiva o imaginativa.
Recitar el Padre Nuestro de forma sentida y con la máxima atención
Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu Nombre.
Venga a nos tu Reino, hágase tu Voluntad como en los Cielos así en la tierra.
El pan nuestro substancial, dánoslo hoy, y perdona nuestras ofensas, como perdonamos a los que nos ofenden.
Y no nos dejes caer en la tentación, más líbranos del mal.
Porque Tuyo es el Reino, el Poder y la Gloria, Padre, Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre y en los siglos de los siglos.
Amén
Centrar la atención dentro de sí mismo, en el corazón, tratando de hallar el lugar donde está su núcleo espiritual.
Con la conciencia en ese lugar, deben sentir que forman parte de un Océano luminoso, inmenso e inconmensurable. No es necesario visualizarlo, más bien, hay que tratar de sentirlo.
Luego entraban en oración, siguiendo el ritmo de la respiración. Durante la inspiración se dice interiormente: Señor , alargando la pronunciación al tiempo de la inspiración o bien: Señor Jesucristo
Al expirar se dice: ten piedad
Señor ten piedad, Señor ten piedad, Señor ten piedad, ................................
La oración constante puede ser realizada durante 10, 15 ó 30 minutos. Si se realiza mecánicamente o distraídamente no tiene ningún valor o efecto interior. Se debe buscar un estado de paz, de armonía, de silencio, una “tranquilidad del corazón”, pues eso significa.
Disposición final: Dedicar los 3 últimos minutos a sentirse unidos a los demás hermanos de la Asamblea. Y ha expandir vuestro estado de recogimiento interior hacia toda la humanidad
"¡QUE ASÍA SEA¡”, “¡ DEO GRATIAS!”
Esta forma de meditación la hacían todos los martes y jueves al despertar, y antes de entrar en batalla.
No sé ustedes, pero veo niveles espirituales altísimos, muy diferente a la clase de caballeros de los que se ha hablado en este epígrafe, claro, una cosa son las órdenes monástico-militares y otra los caballeros medievales laicos.
Paz y bien