Mensaje
por Juanlu el chico » 22 Feb 2007 00:10
El Makiwara es más nefasto que útil
Extractos del libro:
Histoire de Karaté-dô
Escrito por Kenji Tokitsu
Editorial SEM, Paris.
En su búsqueda de eficacia del tsuki, Shigeru Egami se entrena asiduamente con el makiwara en un primer momento, después se aleja. He aquí como describe este proceso de evolución y su finalidad:
El makiwara es considerado como un instrumento indispensable para el ejercicio del karate. Pensé durante largo tiempo en el makiwara como en el compañero de mi vida. Me ejercité asiduamente con él durante 24 años. Fueran las que fuesen las circunstancias, no falté jamás a un día de trabajo con el makiwara. Incluso en viaje me llevaba un makiwara pues sin este ejercicio me sentía mal. Pero a medida que progresaba mi manera de pensar cambió. Me fui alejando progresivamente del makiwara encontrándole poca necesidad, pues llegué a no encontrarle valor alguno a este ejercicio y, en fin, hoy en día pienso que el makiwara es nocivo para el karate.
Un día de otoño cuando tenía alrededor de veinte años, ante un castaño del jardín pensé: "¿Podría hacer caer todas las castañas de un solo puñetazo contra el tronco?". Rasqué un poco la corteza para facilitar el contacto del puño. Después golpeé con toda mi fuerza. Con un pequeño ruido, sólo algunas castañas cayeron como para consolarme. Estaba muy lejos de haberlas hecho caer todas. Además, mi puño se hincho inmediatamente, tanto que me pregunte con inquietud si no se habría roto definitivamente. Después de esta experiencia, obtuve un puño muy duro y sólido, y pude romper planchas y tejas, pero jamás pude obtener una confianza absoluta en la efectividad del golpe…
Encontré a veces personas que tenían los puños callosos a fuerza de entrenamiento con makiwara y
Egami y Okuyama, después de una de las hospitalizaciones del maestro Egami
cuyas primeras articulaciones estaban cubiertas de una dureza negra y espesa como el talón. Eran manos terribles de ver, pero cuando les pedía que me pegaran en el vientre constaté que sus golpes no eran eficaces. Estas experiencias me llevaron a desconfiar del makiwara.
Pero en el fondo de mi mismo pensaba que mi golpe no era como el de los otros y continué nuscando golpear de diversas maneras, afrontado algunas dificultades. En el curso de esta búsqueda, me obligué progresivamente a transformar la manera como formaba el puño y acabé por transformarlo completamente.
Mi conclusión fue la siguiente: para efectuar un tsuki eficaz, no hay que pegar como se aprende habitualmente, hace falta cambiar la forma del puño. Y si se toma esta forma eficaz no se puede ejercitar al makiwara. Así abandoné totalmente el ejercicio con makiwara.
Era sobre el 1958. Continuando mi investigación comprendí también que el ejercicio con makiwara es, no solamente ineficaz, sino nocivo para la salud. Es evidente si se estudia un poco la acupuntura o el shiatsu.
Estas reflexiones y su conclusión son aún más interesantes e importantes si pensamos que el Maestro Shigeru Egami practicó con detenimiento la forma de karate que el criticará después. En lo que concierne al makiwara, por ejemplo, no se trata de la crítica de una persona que razona sin haber practicado nunca. Formula su crítica con el peso de veinticinco años de práctica. Aparece una pregunta simple y grave: ¿Por qué existe el entrenamiento con makiwara y se ha preconizado en la tradición de karate de Okinawa? ¿Es fundamentalmente erróneo? ¿Se trata de una cuestión relativa pues Egami había sobrepasado el método tradicional de karate de Okinawa, y sus consideraciones no se limitaban al makiwara, sino que se extendían al método en su conjunto?