Mensaje
por krieger » 01 Nov 2013 12:23
Normalmente la gente que habla de pirbull peligrosos que se comen los niños no ha visto uno en su vida, es raro ver un American Pit Bull Terrier de verdad por la calle. Lo que se ven son cruces, normalmente con Staffordshire Bull Terrier o con vaya usted a saber qué, regalados al típico niñato malote en el poblado chabolista más cercano cuando fue a pillar la última vez. Así se ven bichos de cuarenta kilos que parece que los han ciclado, pero con la chispa y la viveza del Pit Bull, y con un carácter impredecible. El verdadero Pit Bull pesa unos veinte kilos, es un perro de trabajo ligero y ágil, pero resistente, atlético y fuerte. Sólo algunas líneas de sangre, las llamadas "the game" o "game dog" (perro de pelea) poseen esa tara que les hace ignorar su supervivencia y pelear hasta la muerte, sin umbral de dolor y dándoles igual estarse desangrando o que les hayan arrancado una pata y media cara. Es raro que otra clase de perro llegue tan lejos en una pelea, la supervivencia es lo primero y las peleas de perros están fuertemente ritualizadas, tienen sus reglas. Curiosamente, un verdadero "game dog" no tiene peligro alguno para el ser humano, están seleccionados para eso. Además de lo que comentaba Pankratos de que es necesario separar a los perros en el fragor de la pelea sin que se vuelvan a morder al dueño, es necesario que se dejen manipular por desconocidos, ya que es (o era) costumbre que cada dueño lavase al perro rival para asegurarse que no ha sido impregnado con ninguna sustancia o veneno que pudiera dañar al suyo, y claro está los perros han de dejarse de buen grado. Sin embargo, el perro que comentaba antes, el mestizo de varias cosas que no se sabe como va a salir y que es un amasijo de músculos de cuarenta kilos... puede ser peligroso para el humano o no, nadie lo asegura, depende del ejemplar. Luego está el Pit Bull puro de hoy en día, no de pelea, con un gran potencial de trabajo y sacrificio con una carácter templado, buscado en la cría, este perro con su ejercicio y su socialización no debería revestir más peligro que un pastor alemán o un labrador. Ya sé que esto no tranquiliza a nadie pero es sólo para saber un poco de que tipo de perros estamos hablando.
Normalmente en estos debates se nota quien tiene perro, y quien no tiene perro pero si hijos, estos últimos suelen radicalizarse, por supuesto no están dispuestos a que la afición por los perros de nadie ponga en peligro a sus vástagos. Prohibición total de determinadas razas, y el resto atados y con bozal, antes de que exista la más ínfima posibilidad de que mis hijos sean mordidos. Es comprensible, pero es la típica postura española, como se dijo antes, deben comprender que les guste o no tienen que convivir en una sociedad con perros. Existe paranoia anti perros, promovida por la típica campaña estacional televisiva y por determinadas modas de tener perros imponentes entre personas que no deberían tener ni derecho a voto. Estos también me perjudican a mí, yo personalmente no tengo miedo a los perros y creo saber leerlos para evitar accidentes, pero eso no me salva de que mi perra de veintisiete kilos, que va siempre suelta y sin bozal ya que su educación es casi perfecta y tiene la boca blanda ya que se le inhibió correctamente la mordida de cachorra, sea agredida por un perro, de la raza que sea, mal socializado, agresivo, corpulento, con mandibula en tijera, suelto y sin bozal. De modo que mi postura al respecto tampoco es la de anarquía perruna y al que no le guste que se joda, ya que también tengo que perder. Pero la ley PPP en este país es un chiste, propio de nosotros claro, no le da seguridad al ciudadano y molesta y le saca al dinero a los dueños de determinados perros. No soluciona nada y perjudica a ambas partes. He visto a la policía local parar a una chica de treinta años paseando a su labrador negro confundiéndolo con un Rottweiler, ellos y sus luces, pero nunca he visto parar a un grupo de gitanos menores de edad que llevaban tres perros de presa y además los estaban maleando y enseñándoles a atacar.
Solución, pues como en otros países europeos donde existen muchos más derechos para los perros pero muchas más obligaciones, un carnet por puntos, que determina mediante tu puntuación en un examen que tipo de perro puedes tener, si puedes llevarlo suelto o no, con bozal o no, y que tras x infracciones se te prohíba tener un perro. En mi opinión, quien quiera perro que se moleste en leer, aprender que es realmente un perro, adquirir unas pautas básicas de adiestramiento, dedicarle tiempo para su socialización, y responsabilizarse de él, y a cambio esta persona debe poder llevar a su perro suelto y sin bozal, respetando zonas como parques infantiles etc, es de cajón. Pero como esto es España y esto no va a suceder, la única solución posible es el sentido común y tratar de convivir, yo no tengo problema en atar o apartar a mi perra si alguien me lo pide de buenos modos porque le da miedo o no se fía por los niños, insisto en que mi perra va suelta porque puede, pero igualmente he tenido buenos altercados porque algún iluminado le ha levantado la mano estando la perra a cinco metros y mirando tranquilamente a la persona en cuestión... y claro, como le dije a uno, que el peligroso es el dueño no el perro. De todos modos, yo a los padres preocupados les recomendarían que les enseñases a sus hijos ciertas pautas sobre como acercarse a un perro, o aunque no quieran acercarse, como comportarse delante de un perro si éste se le acerca al niño, así como aprender a leer un poco sus gestos, para evitar accidentes. Para esto es muy bueno para empezar el libro que nombró Bubishi, "señales de calma" de Turid Rugaas, es muy breve, casi un panfleto, no es nada complicado y nada más leerlo, al ver moverse a un perro empiezas a entender todo un lenguaje, es muy bonito para amantes de los perros pero también puede ser muy útil para detractores o temerosos de éstos.