Cafeína, la droga socialmente aceptada

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Pitmario
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Cafeína, la droga socialmente aceptada

Mensaje por Pitmario » 13 Jul 2004 13:30

Identificación química
La cafeína se encuentra en el café, en el chocolate, en ciertos tés y en varios medicamentos como la Cafeaspirina® y el Saridon®.

Composición
La cafeína fue aislada en 1820. Es el principal alcaloide de la Caffea planta típica del café y del Cacahuatl o cacao de cuyos granos se elabora el chocolate.

Con respecto al té suele haber una confusión porque en 1827, al ser aislado su principio activo, recibió el nombre de teína. Años más tarde un análisis molecular permitió descubrir que la teína era en realidad cafeína. Este alcaloide también se encuentra presente en el mate argentino y en la nuez de kola usada para preparar las bebidas de cola.

Farmacología
Mecanismo de acción y formas de empleo

La cafeína se consume en múltiples alimentos y bebidas. En usos terapéuticos puede administrarse en forma oral o en inyección intravenosa. Es un estimulante del sistema nervioso central que actúa después de 5 minutos de su ingestión aumentando la actividad cerebral y reduciendo la vigilia.

Usos terapéuticos
La cafeína se vende bajo diversas marcas comerciales (Cafeaspirina®, Saridón®) recomendada para contrarrestar la fatiga, para tratar la migraña y algunos otros tipos de cefalea. En conjunción con analgésicos hace que éstos trabajen mejor. Por su capacidad para estimular la respiración también es recomendada en el tratamiento de la apnea en los recién nacidos y como antídoto para la depresión respiratoria en sobredosis de heroína y otros psicoactivos opiáceos.
Dosificación
Una taza de café puede contener entre 60 y 110 mg de cafeína, una taza de té entre 10 y 90 mg, una de chocolate entre 5 y 40 mg y las bebidas de cola 35 mg. Una barra de chocolate de 50 gramos tiene entre 10 y 60 mg de cafeína. Las píldoras de uso terapéutico contienen entre 30 y 65 mg, mientras que en el mercado negro suelen circular las llamadas “pastas para mantenerse despierto” que llegan a tener entre 100 y 200 mg. La dosis letal de cafeína es de 5,000 mg, el equivalente a 40 tazas cargadas de café consumidas en un periodo excesivamente corto de tiempo.

Efectos psicológicos y fisiológicos
Consumir entre 75 y 150 mg de cafeína eleva la temperatura, el ritmo respiratorio y el nivel de ácido gástrico en el estómago. Cantidades más altas en el torrente sanguíneo pueden producir ansiedad, irritabilidad, insomnio, sudoración, taquicardia y hasta diarrea.

El uso prolongado de más 650 mg diarios de cafeína, equivalentes a ocho o nueve tazas de café al día pueden ocasionar úlceras gástricas, incremento en el nivel del colesterol, insomnio crónico, ansiedad y depresión permanentes. Este tipo de consumo también parece estar asociado con disfunciones cardíacas y la aparición de ciertos tipos de cáncer asociados a los alquitranes del café.

No se han detectado malformaciones genéticas debido a su uso, sin embargo se sabe que el café puede disminuir la probabilidad de embarazo, aumentar el riego del aborto espontáneo y de bebés con bajo peso.

Potencial de dependencia y tolerancia
Mediante el uso continuo puede ser adquirida una leve tolerancia a la cafeína. Esta droga provoca dependencia física. En la literatura médica se consigna que dosis mayores a los 350 mg diarios de cafeína consumidos durante un mes pueden provocar la aparición de un síndrome de abstinencia, por lo que en usos terapéuticos los médicos recomiendan reducir gradualmente el consumo. El síndrome se manifiesta por irritación, cansancio, depresión y somnolencia. No es grave y desaparece en pocos días.

Para Antonio Escohotado, la costumbre de beber varias tazas de café al día no puede ser inocua o al menos no puede ser más dañina para la mente y el cuerpo que administrarse su equivalente en cocaína o anfetamina. "Diez tazas al día, por ejemplo, representan un gramo y medio de cafeína, que en efecto estimulante equivalen a 150 mg de cocaína y a unos 15 de metanfetamina." (6)

Lo que no aclara es que estas diez tazas de café deben ser consumidas en un lapso muy breve de tiempo para alcanzar las concentraciones sanguíneas necesarias para producir el mismo efecto que los otros psicoactivos mencionados.

Régimen legal actual
La cafeína es un psicoactivo legal sin restricción alguna sobre la edad del consumidor. De venta libre aún en los preparados terapéuticos que no requieren receta médica para su compra.

El café como escenario subversivo en Europa
Si bien en sus inicios la costumbre de tomar café fue condenada por la ortodoxia islámica, posteriormente llegó a considerarse como algo providencial para rezar sin caer en somnolencia y como un excelente sustituto de las bebidas alcohólicas.
En Europa encontró una fuerte oposición al penetrar en algunos países protestantes como Alemania, Austria y Suiza, naciones que castigaron el comercio y consumo del café con penas pecuniarias. La cúspide en esta lucha contra «una nueva desvergüenza» la alcanzó el imperio ruso. Sus autoridades castigaron la posesión de café con atroces torturas hasta obtener el nombre del proveedor y con la pérdida de ambas orejas. Gracias a tales medidas represivas, cientos de rusos optaron por la intoxicación cafeínica como manifestación subversiva.

Sin embargo, al paso del tiempo todas las prohibiciones acabaron derogándose en Europa y a partir de la segunda mitad del siglo XVII, el café pasó a convertirse en sinónimo de bebida intelectual gracias al establecimiento de múltiples comercios que ofrecían espacios públicos para consumirlo en todas las grandes ciudades.

El primer café que se abrió en Francia data de 1670. Cinco años después uno de los empleados inauguró su propio negocio: el Café Procope, que se convertiría en escenario histórico de la ilustración. Según documenta Brau en su Historia de las drogas: "La idea de la Enciclopedia nace en el café Procope de una conversación entre D’Alembert y Diderot, reunidos en torno a una taza de café, lo que tendería a probar que, aun siendo veneno, aclara la mente. 'Veneno muy lento', afirmaba Fontanelle, casi centenario, parroquiano asiduo al Procope y muy aficionado al café.

El té y la independencia de las colonias inglesas
El té fue llevado a Europa por los holandeses en la primera década del siglo XII. Los ingleses pronto se apoderaron del comercio internacional ya que las ganancias obtenidas con este producto favorecieron sus expectativas coloniales. El té fue remplazando gradualmente al café en los territorios anglicanos y protestantes, así como en las colonias de los ingleses en América. Como es bien sabido, la afición de los pioneros a esta infusión y los altos impuestos que los ingleses impusieron sobre las hojas de té entre los habitantes de sus colonias, fueron determinantes para el desencadenamiento de la guerra de independencia de la Unión Americana.

El cacao: moneda de los aztecas, bebida de las cafeterías mexicanas
Cuando los españoles llegaron a la capital del imperio azteca se sorprendieron de encontrar que la moneda de cambio más usual entre los mercaderes era el grano de cacao. Costumbre que se mantuvo muchos años después de la conquista.
Debido a la influencia de la corte española y a la persistencia de las costumbres indígenas, se sabe que a fines del siglo XVIII ya existían en la ciudad de México algunos expendios de bebidas elaboradas a base de café, cacao y maíz. Salvador Novo asegura que el primero de estos establecimientos se inauguró en 1758, entre las actuales calles de Tacuba y Monte de Piedad.

Durante los primeros años del siglo XIX, las cafeterías fueron punto de reunión de intelectuales y cita obligada entre los prestamistas y sus clientes. La carta del Café de la Gran Sociedad, además de café, ofrecía chocolate, atole y helados. Según cuenta Guillermo Prieto, en el Café del Sur: "la concurrencia iba muy de acuerdo con el destartalado café: militares retirados, vagos consuetudinarios, abogados sin bufete, politiqueros sin ocupación, clérigos mundanos y residuos de covachuelas, sacristías, garitas y juzgados civiles y criminales". (8)

El mismo autor comenta que los escritores puritanos de la época estaban escandalizados por la presencia creciente de las cafeterías. Cuenta también que las conversaciones giraban en torno al teatro, los toros, la literatura, los acontecimientos políticos y el juego de pelota. Sin duda, el establecimiento con más tradición es el Café Tacuba. Otro expendio histórico de alcaloides fue el extinto Café del Chino que en 1919 atestiguó el nacimiento del también extinto Partido Comunista Mexicano.

Todo lo anterior muestra hasta qué punto la cafeína es la droga socialmente más aceptada y una de las más consumidas en la historia de la humanidad. A pocos individuos les interesa renunciar a la sensación de bienestar y al aumento de actividad que les reporta el consumo diario de una taza de café, una bebida de cola, un té, o una barra de chocolate. No obstante, son pocos los que están conscientes sobre las repercusiones físicas que estos alimentos y bebidas tienen en el organismo humano.

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