La transferencia en el entrenamiento de fuerza (artículo)

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La transferencia en el entrenamiento de fuerza (artículo)

Mensaje por Freestyle » 28 Dic 2011 16:48

LA "TRANSFERENCIA" EN EL ENTRENAMIENTO DE FUERZA

Todas las actividades de entrenamiento que realiza un deportista y que programa su entrenador tienen como único objetivo obtener el mayor efecto positivo sobre el rendimiento específico. Esto significa que se trabaja con la esperanza de que tanto la ejecución de la actividad realizada como la mejora obtenida en la propia actividad vayan a reflejarse en un mayor rendimiento en la actividad de competición. Esta aplicación del efecto del entrenamiento, que no siempre se consigue y que presenta más dificultades cuanto mayor es el nivel de rendimiento del deportista, es un proceso de transferencia. Por tanto, el entrenamiento es un proceso permanente de intentos de transferencia (González-Badillo y Ribas, 2002).

En el entrenamiento deportivo, transferencia es la influencia o efecto que tiene la ejecución de un tipo de entrenamiento, o los cambios en el propio ejercicio realizado o ambas cosas, sobre otra actividad deportiva diferente. El tipo de entrenamiento que supuestamente tiene la facultad de producir transferencia debe ser distinto de aquel sobre el que influye. Esta distinción se expresa tanto por el tipo de ejercicio y la forma de realizarlo, como por la carga de entrenamiento: intensidad y volumen. La realización del mismo ejercicio de competición pero con algunas variaciones como ligeros cambios en la ejecución, en la distancia o tiempo de ejecución, en la velocidad, en la resistencia utilizada o en otras variables propias del ejercicio de competición, también se pueden considerar como ejercicios dotados de capacidad de transferencia. Cuando el ejercicio es exactamente igual que aquel con el que se van a medir los resultados, no se puede hablar de transferencia.

Metodológicamente, para poder medir si se produce transferencia es necesario que la actividad objeto de la transferencia no se entrene. El grado de transferencia se mide por la relación entre los cambios producidos en la actividad entrenada y los que se producen en la no entrenada (Zartsiorsky, 1995). Para poder afirmar que la actividad A tiene una transferencia sobre la actividad B, durante el entrenamiento de A no se debería realizar ningún otro entrenamiento ni tampoco, por supuesto, practicar la actividad B, puesto que, de lo contrario –y obviamente–, los cambios en la actividad B podrían estar influidos conjuntamente por su propio entrenamiento y por el efecto de los demás entrenamientos realizados. Esta situación no se da normalmente en la práctica del entrenamiento deportivo, por tanto, para avanzar en el conocimiento de estos procesos habría que crear una situación experimental en la que se controlaran debidamente las variables de interés. Sin embargo en la práctica se habla con mucha frecuencia y ligereza sobre "transferencia" y, sobre todo, de "ejercicios de transferencia" y "fases de transferencia". La transferencia es un componente de todo el proceso de adaptación y un aspecto importante de la teoría del entrenamiento. Hacemos tal cosa porque es "buena" para el rendimiento. Si una actividad de entrenamiento es "buena", significa que se está produciendo un proceso de adaptación positiva, en la que muchas veces está presente la transferencia. Una de las tareas de la programación del entrenamiento es hacer coincidir los momentos álgidos de adaptación –en los que se incluyen los efectos de la transferencia– con las fechas de competición. Por tanto, este aspecto de la transferencia tiene mucha importancia para el rendimiento en competición.

Cuando hablamos de transferencia, nos podemos referir tanto a efectos positivos como negativos. Si los efectos son positivos estamos ante una transferencia positiva o simplemente transferencia. Si son negativos, lo que se produce es una transferencia negativa o interferencia. Se puede considerar que hay interferencia tanto cuando el entrenamiento realizado reduce el rendimiento en otra actividad como cuando lo estabiliza o disminuye su progresión. Por ejemplo, un entrenamiento de fuerza bien orientado puede producir transferencia (positiva) sobre la resistencia, mientras que otro mal diseñado podría dar lugar a una interferencia. Pero también se puede dar el caso de que algunos ejercicios o entrenamientos sean irrelevantes para el rendimiento, por lo que los podríamos considerar como neutros. Y si esto es así, su utilización para la mejora del rendimiento no tendría ningún sentido.

La transferencia (positiva) que proporciona un determinado entrenamiento o ejercicio no es permanente, aunque las estructuras de los movimientos sigan siendo las mismas. Esto se debe a que los factores determinantes del rendimiento pueden cambiar a medida que se eleva el nivel deportivo. Por ejemplo, en los primeros años de práctica nos podemos encontrar con una alta relación lineal positiva entre la fuerza máxima y el rendimiento específico, sin embargo, cuando se alcanza un alto nivel de rendimiento esta relación desaparece, e incluso, si nos empeñamos en demasía, podría llegar a ser hasta negativa (interferencia) en casos extremos. Esto podría significar que en determinados niveles de rendimiento la producción de fuerza por unidad de tiempo, por ejemplo, pasa a ser más determinante que el pico máximo de fuerza que se pueda alcanzar en un ejercicio de entrenamiento. Esta falta de transferencia también podría deberse a la "acomodación" o "adaptación negativa" provocada por la utilización inadecuada de los ejercicios y, sobre todo, de las cargas de entrenamiento. Si ésta es la causa, la falta de transferencia probablemente sería transitoria, recuperándose después de aplicar cambios en las cargas, que podrían, incluso, incluir un descanso especial, prolongado, que en muchos casos es la mejor solución a la mayoría de los estancamientos en la mejora del rendimiento deportivo (González-Badillo, 1991).

Hasta aquí hemos hablado sobre qué es la transferencia, pero también es importante saber qué no es. A continuación comentamos algunas de las actividades que suelen considerarse como transferencia y que realmente no lo son. Los siguientes son ejemplos de no transferencia:

La ejecución de un ejercicio diferente inmediatamente después del entrenamiento o del ejercicio de fuerza. Éste es uno de los errores más comunes. Con mucha frecuencia se dice –y se realiza en la práctica– que inmediatamente después del ejercicio de fuerza hay que hacer otro ejercicio –supuestamente más específico– para "transferirle la fuerza", supuestamente desarrollada, en el en el primer ejercicio, aunque realmente no sabemos qué es lo que quieren “transferir”. Esta actividad no sólo no es una transferencia, sino que puede ser incluso negativo para el rendimiento (entrenamiento erróneo). Y esto es así por las siguientes razones:

En primer lugar, porque cuando se hace un ejercicio, dicho ejercicio no se está transfiriendo nada a sí mismo, sino que lo que se hace es, simplemente, entrenar el propio ejercicio. El ejercicio que supuestamente genera la transferencia ya se ha realizado previamente, y su efecto (transferencia) se habrá producido o no, pero ya no se puede hacer nada. Incluso, si siempre hacemos esta misma secuencia de "primero fuerza e inmediatamente después el ejercicio para transferir", pasará el tiempo y nunca sabremos si ha habido transferencia o no, puesto que nunca sabremos si los resultados obtenidos al final en el segundo ejercicio se deben a una transferencia o a la práctica del propio ejercicio

Cabe la posibilidad de que la combinación de ambos ejercicios o la utilización de distintas cargas en el mismo ejercicio (intensidad-volumen) pudiera producir un efecto sinérgico –sobre el ejercicio de competición o sobre cualquier otro– superior al que se podría obtener si se hiciera solamente uno de ellos. Esto puede ocurrir y, de hecho, se ha comprobado experimentalmente (Adams y col. 1992; Harris y col. 2000), pero no significa que, necesariamente, haya habido transferencia del primer ejercicio sobre el segundo, sino que esta secuencia de ejercicios permite un mayor rendimiento sobre un tercero o sobre uno de los dos ejercicios realizados.

Si el entrenamiento de fuerza no produce fatiga notable y el ejercicio que se realiza en segundo lugar es intenso (realizado a alta velocidad) y de muy corta duración, el trabajo de fuerza realizado previamente no quedaría, probablemente, afectado por la realización del segundo ejercicio, con lo que al menos se obtendría algún beneficio del entrenamiento, que sería, en este caso, al menos, la mejora de la fuerza. Pero si el entrenamiento de fuerza es muy pesado, con cargas (resistencias) muy altas y numerosas repeticiones, y el ejercicio realizado en segundo lugar pretende ser intenso y de muy corta duración, éste ni siquiera se realizaría en las mejores condiciones, puesto que después de una sesión prolongada de entrenamiento de fuerza máxima la fatiga neuromuscular afectaría a la velocidad de acortamiento del músculo. El ejercicio resultará "torpe" y realizado a menor velocidad de la que sería necesaria para producir los efectos deseados.

La situación puede empeorar si después del ejercicio o entrenamiento de fuerza lo que se realiza inmediatamente es un entrenamiento de resistencia. Puesto que no sólo no se producirá ninguna transferencia, sino que el entrenamiento de fuerza quedaría "mutilado", ya que los efectos de dicho entrenamiento se verían muy reducidos, si no totalmente eliminados, puesto que en las horas posteriores al entrenamiento de fuerza lo correcto sería descansar para permitir la recuperación funcional y estructural, y especialmente que se facilitara la síntesis y recambio de proteínas, que están en la base de la adaptación del entrenamiento de fuerza. Pero además de este efecto negativo para la fuerza, es posible que también se perjudicara la técnica del ejercicio de resistencia, y, por tanto, difícilmente se produciría, no ya una transferencia, que está descartada, sino cualquier beneficio técnico cuando se está entrenando con una fatiga producida por una actividad muy diferente a la de competición

El desarrollo sucesivo en el tiempo de dos expresiones de fuerza distintas. Esto sería una generalización del caso comentado sobre "la ejecución de un ejercicio diferente inmediatamente después del entrenamiento o del ejercicio de fuerza", pero con más separación en el tiempo. Se suele decir que en una fase de un ciclo de entrenamiento se pone el énfasis en el entrenamiento de una determinada manifestación de fuerza, generalmente de la fuerza “máxima”, y después de varias semanas de entrenamiento se realiza (programa) una fase de "transferencia". Si tenemos en cuenta lo que hemos expuesto hasta ahora, se puede deducir que esto no tiene nada que ver con la transferencia. Con el entrenamiento realizado en la primera fase se ha podido obtener alguna mejora en los ejercicios con los que se ha entrenado, y, además, ha podido producirse cierta transferencia sobre otros ejercicios y expresiones de fuerza no entrenados específicamente. Y esta transferencia está ahí, ya se ha producido. Tendrá como consecuencia que estos otros ejercicios y manifestaciones de fuerza habrán mejorado sin haberlos entrenado especialmente. El nuevo tipo de entrenamiento, que pone el énfasis sobre otros ejercicios o formas de realización del entrenamiento, y que comienza en la nueva fase, producirá su propio efecto y, a su vez, podrá producir su transferencia a otros rendimientos deportivos.

Lo que sí puede ocurrir, y esto sí tiene sentido, es que después de haber mejorado, por ejemplo, los valores de fuerza máxima, la situación es más favorable, por ejemplo, para mejorar la potencia, puesto que una mayor fuerza máxima es un elemento necesario –aunque no siempre suficiente– para mejorar la potencia (potencia = fuerza • velocidad). Si una vez mejorada la fuerza –y mantenida, pues no se puede volver a los valores iniciales de fuerza–, damos mayor énfasis a las cargas más próximas a los valores (porcentajes) que producen la máxima potencia, intentamos mejorar la velocidad y reducimos –pero no eliminamos– la proporción de entrenamiento orientado a la fuerza máxima, es probable que obtengamos el máximo beneficio de la fuerza máxima desarrollada en la primera fase.

Esta secuencia en el énfasis de las distintas formas de entrenar puede llevar a mejores resultados, pero las posibles transferencias están fluyendo permanentemente de los entrenamientos precedentes a los rendimientos posteriores, y, por tanto, no se producen en el momento de entrenar los ejercicios que supuestamente han de beneficiarse de la transferencia, sino que ya están presentes y no podemos influir sobre ellas si los ejercicios precedentes ya no se realizan. Por tanto, las transferencias no se "reciben", precisamente, en el momento de entrenar, ni mucho menos cuando nosotros “damos la orden de que empiece la transferencia”, luego no tiene sentido "hacer una fase de transferencia". Las fases de transferencias son todas las del ciclo y cada uno de los entrenamientos, hasta que se compite. Muchas veces el sujeto está en mejor forma antes de empezar la supuesta fase de “transferencia” que cuando ha terminado ésta. Como decíamos al principio, todo lo que hacemos como entrenamiento tiene como objetivo alcanzar el máximo efecto sobre el ejercicio de competición, es decir, la máxima transferencia.

Obviamente, en la práctica del entrenamiento las cosas son bastante complejas. Siempre se están produciendo una serie de transferencias, positivas y negativas, que se mezclan, se potencian y se atenúan mutuamente. No todas esas transferencias se pueden controlar. Por eso a veces creemos que el efecto del entrenamiento se debe a "una cosa" y realmente se debe a "otra".

Fuente: http://www.felipeisidro.com/articles/ma ... fuerza.htm

Este tema creo que nos interesa mucho a casi todos los que entrenamos para mejorar en nuestro desempeño deportivo. Recomiendo leer el enlace entero pues aunque muy técnico es muy interesante.

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Re: La transferencia en el entrenamiento de fuerza (artículo

Mensaje por DAMARPO » 28 Dic 2011 16:56

Felipe Isidro es uno de los grandes de este país.

Muchas gracias por el aporte. No suelo poner artículos y enlaces de este tipo por que no se si es el foro adecuado, pero es de agradecer freestyle

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Re: La transferencia en el entrenamiento de fuerza (artículo

Mensaje por Freestyle » 28 Dic 2011 17:39

DAMARPO escribió:Felipe Isidro es uno de los grandes de este país.

Muchas gracias por el aporte. No suelo poner artículos y enlaces de este tipo por que no se si es el foro adecuado, pero es de agradecer freestyle
Hombre, leyendo cosas cómo estas a mi me da qué pensar si la mayoria de nosotros realmente sabemos si lo que estamos entrenando nos está sirviendo a nuestros objetivos? ¿entrenamos por imitación (como x hace esto yo también lo hago)? ¿sabemos las variables de nuestro entrenamiento? ¿necesitamos profundizar más o "todo vale")? ¿somos capaces de profundizar lo suficiente o necesitamos ayuda profesional?.......

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Re: La transferencia en el entrenamiento de fuerza (artículo

Mensaje por DAMARPO » 28 Dic 2011 18:01

Yo que voy a decirte, si llevo defendiendo ese tema eones en el foro.....

A ver si ahora ya que uno de los grandes lo dice se hace mas caso...

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