Recuerdo que el Músculos de Bruselas, que es así como se conoce a Van Damme en la prensa especializada, cuenta en su filmografía con algunos títulos que han sido elevados a la categoría de filmes de culto, entre ellos su debú como protagonista, Contacto sangriento (Bloodspoort, 1987), una película de modesto presupuesto dirigida por Newt Arnold y producida por la compañía estadounidense Cannon Films, propiedad de los magnates del cine de serie B de los ochenta, Menahem Golan y Yoram Globus, así como por Mark Disalle, que tuvo como escenario la bella ciudad de Hong Kong cuando todavía estaba sometida al dominio británico.
Contacto sangriento estaba pensada, en principio, para su lanzamiento inmediato en el mercado videográfico, sin estrenarse en salas de cine, pero su éxito abrumador en Malasia, Francia y Alemania, hizo reconsiderar a Mark Disalle, por sugerencia del propio Van Damme, su exhicición en los cines de EE.UU. Los gerifaltes de Cannon Films no se opusieron, aunque exigieron que fuera un estreno a nivel local. En pocas semanas, la película empezó a recaudar dinero con una progresión geométrica... Y, por supuesto, su protagonista salió del anonimato, pasando a convertirse en una de las estrellas más rutilantes del cine de acción de los noventa.
Si bien Jean Claude Van Damme, asesorado por el artista marcial Frank Dux, metió toda la carne en el fuego en las coreografías, con objeto de dejar constancia de sus cualidades como peleador -reconozcamos que algunos combates protagonizados por el belga son excelentes; por ejemplo, el mano a mano entre Frank Dux y Paco (Paul Tocha)-, el mérito de Contacto sangriento recae, desde mi óptica personal, en disponer de algunos de los actores marciales y especialistas de Hong Kong de mayor prestigio como duros competidores del Kumite. De hecho, durante la búsqueda en la ex-colonia británica de actores versados en diversos sistemas con objeto de incorporarlos al elenco de personajes de la historia, Van Damme y Dux recorrieron numerosos gimnasios, donde sometieron a prueba la destreza de los aspirantes. Si nos atenemos a las declaraciones del actor belga a revistas especializadas, algunos lucharores, cuya habilidad no era sufientemente convincente, tuvieron que hacer guantes con el propio Van Damme. ¿Verdadero o falso? Que cada cual extraiga sus propias conclusiones...
No podemos obviar, por consiguiente, el papel de Bolo Yeung en la película, interpretando al cruel e inmisericorde Chong Li; a Johnny Cheung (Toon), un actor habitual en las producciones de Jackie Chan (piratas de los mares de China, Project A II; 1987) que, junto a Dennis Chiu (Chuan Ip Mung) representan a dos practicantes de estilos sureños de Wushu (verlos entrenar al comienzo del filme es una delicia); a Samson Li (Prang), el sosias de Bruce Lee, que perece bajo una estrangulación de Bolo Yeung en su primer combate; a John Law (Sei Ling) como mediocre rival de Michel Qissi (Suan Paredes); a David Ho (Pumola) como estilista de Hung Gar Kuen que es aniquilado por Dennis Chiu, etc.
¿Qué más se puede pedir? Además, hemos de reconocer que para muchos actores marciales, Contacto sangriento supuso un trampolín en su carrera cinematográfica. Bolo Yeung renovó caché profesional, Johnny Cheung pudo trabajar en Doble impacto (Double Impact, 1991) y Dragón. La historia de Bruce Lee (Dragon: The Bruce Lee Story, 1993); Paul Tocha fue llamado para interpretar a secundarios en Libertad para morir (Death Warrant, 1990), El puño de la estrella del norte (Fist of the North Star, 1995), Tarzán y la ciudad perdida (Tarzan and the Lost City, 1998), etc.
¿Por qué no reconocer que Van Damme fue, al menos en la década de los noventa, el verdadero artífice del renacimiento del cine de AA.MM?
Un saludo,
Loup
