En un hilo recientemente cerrado, se hacía referencia a una noticia de estos días a cerca del actor Kevin Costner y de cómo una tecnología financiada por él, y que durante años había sido ninguneada por la administración americana, ahora parece ser la clave para la limpieza del vertido de BP.
Esto me ha recordado algo que históricamente ha sucedido en España. Somos un país de grandes inventores pero nuestros inventos siempre suscitan más interés fuera que dentro, donde los gobiernos de turno pasan olímpicamente. Y al final son empresas extranjeras las que se apropian de la patente y nos los acaban endosando a todos, incluidos nosotros que no creímos en ellos en un principio.
Ejemplos de ello hay montones, desde los submarinos de Monturiol e Isaac Peral hasta el helicóptero (autogiro) de Juan de la Cierva. Pero la noticia mencionada me ha recordado el caso del conocido escritor Alberto Váquez-Figueroa. Hace años, patentó un diseño de planta desaladora que, a su vez, producía su propia energía eléctrica, reduciendo así muchísimo los costes de potabilización del agua. Figueroa presentó el proyecto pensando que suscitaría el interés de empresarios y administraciones públicas, dado que somos un país con recursos hídricos limitados, pero el interés fue nulo. Así que acabó vendiendo la patente a emiratos del golfo pérsico dispuestos a invertir en una forma sencilla y relativamente barata de obtener agua potable.
¿A qué se debe esa poca visión de futuro en nuestro país? ¿Por qué confiamos más en lo que viene de fuera que en lo que tenemos aquí?
¿Por qué ninguneamos a los inventores?
Moderadores: moderador suplente, admin