Goes (CNP)
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Goes (CNP)
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""DOCE HOMBRES DE NEGRO
Los GOES de la Policía Nacional cuentan en su memoria decenas de anécdotas que ponen los pelos de punta
Doce hombres de negro, los GOES. Un padre sostiene a su hijo con los pies fuera del balcón y amenaza con tirarlo al asfalto. En la calle, ya hay una lavadora destrozada y otros objetos que ha lanzado el sujeto, que está fuera de sí. El pequeño es ciego. Hay que intervenir de inmediato. De un golpe y como un solo hombre, derriban la puerta del piso. El más grande del grupo, delante. En la confusión, se escucha un sonido que corta el aire. El arpón de un fusil de pesca submarina ha impactado en la axila del primero en entrar. El segundo, ve a su compañero derribado, pero tiene una sola obsesión: coger al niño. En un suspiro consiguen reducir al individuo. El segundo ya abraza al chiquitín, que está totalmente desorientado. "Nadie me lo hubiera arrancado de los brazos", dice convencido y apretando la mandíbula. Ésta es la intervención que más emociona a los miembros del Grupo Operativo Especial de Seguridad (GOES) de la Policía Nacional en Canarias. Doce hombres de negro, con una presencia que impresiona, pero cuya mayor virtud es su carácter equilibrado. "Aquí no hay sitio para fantasmas".
Y es que la discreción es marca de la casa. De hecho, en este reportaje no se van a reproducir datos que puedan comprometer las misiones que desempeñan en la calle. "Hay gente de la familia que sabe que soy policía, pero no me ubica en esta unidad. De hecho, más de uno me dice que a ver si le ayudo a sacar el DNI", afirma uno de ellos, muerto de risa. Sentados en torno a una mesa, cada uno muestra un perfil distinto. Al principio, son prudentes, van tanteando el terreno. Deformación profesional. Son observadores y cómplices. Se palpa una corriente de confianza entre ellos que es lógica cuando se pone la vida en manos de otra persona. Y la ponen, porque aparecen en escena cuando el objetivo son "los malos más peligrosos". De hecho, el creador del grupo en 1990 decía una frase muy ilustrativa: "Cuando hay un problema, llega la policía de azul, si es más grave, se presentan los de azul oscuro, y cuando la cosa es muy muy grave, van los de negro". Esto siempre sin desmerecer el trabajo de la avanzadilla. Cualquier trabajo policial es arriesgado.
Si se les pregunta qué es lo más difícil, todos lo tienen claro: actuar cuando hay niños de por medio, como el caso que abre este texto y por el que le dieron una "roja" [medalla al mérito] al policía herido. "Es muy duro cuando usan a los chiquillos como moneda de cambio". Y es que en un domicilio puede haber un narcotraficante, pero ese narcotraficante tiene familia, y tiene hijos. "En una ocasión, entramos por sorpresa en un domicilio donde sabíamos que había hachís, y un niño intentó defender a su padre. El pobrecillo lloraba cuando nos llevábamos al detenido, mientras decía: 'Ay papá, te vas a ir con Johnny', que debía ser un tío suyo que ya estaba en la cárcel. Es muy triste", cuentan.
En alguna ocasión, las situaciones tienen un tinte surrealista, incluso, y desgraciadamente, pueden llegar a ser cómicas. "Él entró por una ventana y se plantó en una habitación. Dentro, uno de los niños de la familia gritó: '¡Los ninjas!" La cosa es que el factor sorpresa da para muchas anécdotas. "Todavía recuerdo una vez que teníamos que abordar un barco con droga que estaba a 30 kilómetros de la costa. La verdad es que nos acercamos con tanto sigilo que cuando aparecimos en el puente de mando, con los trajes de neopreno, la cara de ellos fue más de 'de dónde han salido estos tíos', que de preocupación porque los habíamos pillado con las manos en la masa", cuenta el inspector jefe y jefe de los GOES, Delta 3. Porque así es como se llaman entre ellos: Delta 1, Delta 2... Y así hasta 12.
Ellos son, como confiesan sin rubor, "hombres de acción". "El móvil está operativo siempre, también en vacaciones. Más de una vez y de dos hemos interrumpido el descanso para volver al trabajo... Es más, nos mosqueamos si no nos llaman". Tienen claro que son "policías a todas horas", y que su tarea es "totalmente vocacional". Pueden pasar diez horas al sol en una azotea, sin mover un músculo, vigilando una casa donde alguien se ha atrincherado con un arma; aunque, "quizá, lo más incómodo desde el punto de vista físico, es el trabajo en el agua", dice uno de ellos. Cuando hay rehenes hay que actuar con todas las cautelas. Uno de los servicios más sonados de los GOES fue su intervención en una arepera de Tenerife, donde dos delincuentes tenían secuestrados a nueve rehenes. "Nos desplazamos en helicóptero y en una hora y cuarto estábamos allí por orden de nuestros superiores". Gracias a los datos del negociador y de un camarero que dejaron salir los delincuentes, pudieron hacerse una idea de cómo era el local y de dónde estaban situados los agresores. "Aprovechando un momento en el que les llevaban comida y la puerta se quedó entreabierta, pudimos entrar, reducir y detener a los dos hombres, que llevaban una escopeta de cañones recortados y armas blancas".
Las noches también son fastidiadas. "Podemos estar horas y horas esperando el mejor momento para intervenir". Sí, intervenir, porque ellos son el último eslabón de la cadena de la investigación de un caso, y no es recomendable que ronden al sospechoso demasiado tiempo, porque todo puede irse al garete.
El Grupo se creó para situaciones extremas, como los primeros momentos de un secuestro o la toma de rehenes, así como la reducción y neutralización de terroristas, grupos armados y delincuentes peligrosos; y la protección de presos, bienes y personas. Cuando se les pregunta si hay malos muy malos en Canarias, guardan silencio. Quizá no quieren alarmar a la población. "Podemos decir que algo hay", dice uno de ellos para zanjar el tema.
Hacer de escolta tiene su handicap. "Estamos acostumbrados a sorprender, y cuando somos escoltas son los otros los que nos sorprenden, y no nos gusta nada". En cualquier caso, es muy interesante la explicación de cuáles son las medidas que se toman para que esa sorpresa no lo sea tanto. "Nos ponemos en el lugar del terrorista, pensamos dónde se pondría un francotirador para disparar a nuestro protegido, y situamos al contrafrancotirador en el lugar en el que podría anularle. En estos casos conviene, incluso, hacer un poco de alarde, que se nos vea, para disuadir".
Pero, ¿y la familia? Uno se imagina a estos chicos, porque no hay ninguna mujer en el grupo ("no suelen presentarse, pero nos vendría muy bien para muchas misiones"), como personas solitarias, que no pueden amarrarse a nada, ni a nadie... Pues no, casi todos están casados y con hijos. "Te acuerdas de tu gente. Es duro", confiesa uno de ellos mirando al suelo. Pero ninguno ha pensado en dejarlo. Las esposas también hacen preguntas que, en muchas ocasiones, no se pueden responder. "Te dicen cosas como 'pero por qué tienes que ir tú', o te vas y sólo dices que tienes que estar unos días en Lanzarote, y los días pueden ser varias semanas...". En esas ocasiones, el móvil es el vehículo de desahogo de las parejas. "A veces echa fuego", dice uno de ellos con el teléfono en la mano, haciendo un gesto como si quemara.
En ese punto de la conversación, están más relajados. Ya se puede identificar quién es más abierto, quién pasaría totalmente desapercibido en la cola del pan, quién tiene una capacidad innata para ir al grano, el más templado, el más arrojado, la paciencia, la fuerza, el tesón... Y llega la pregunta. ¿Qué hay del mito sexual de los uniformes? Incomodidad, algún ligero rubor, ceños fruncidos. "Dejémoslo en un mito".
""DOCE HOMBRES DE NEGRO
Los GOES de la Policía Nacional cuentan en su memoria decenas de anécdotas que ponen los pelos de punta
Doce hombres de negro, los GOES. Un padre sostiene a su hijo con los pies fuera del balcón y amenaza con tirarlo al asfalto. En la calle, ya hay una lavadora destrozada y otros objetos que ha lanzado el sujeto, que está fuera de sí. El pequeño es ciego. Hay que intervenir de inmediato. De un golpe y como un solo hombre, derriban la puerta del piso. El más grande del grupo, delante. En la confusión, se escucha un sonido que corta el aire. El arpón de un fusil de pesca submarina ha impactado en la axila del primero en entrar. El segundo, ve a su compañero derribado, pero tiene una sola obsesión: coger al niño. En un suspiro consiguen reducir al individuo. El segundo ya abraza al chiquitín, que está totalmente desorientado. "Nadie me lo hubiera arrancado de los brazos", dice convencido y apretando la mandíbula. Ésta es la intervención que más emociona a los miembros del Grupo Operativo Especial de Seguridad (GOES) de la Policía Nacional en Canarias. Doce hombres de negro, con una presencia que impresiona, pero cuya mayor virtud es su carácter equilibrado. "Aquí no hay sitio para fantasmas".
Y es que la discreción es marca de la casa. De hecho, en este reportaje no se van a reproducir datos que puedan comprometer las misiones que desempeñan en la calle. "Hay gente de la familia que sabe que soy policía, pero no me ubica en esta unidad. De hecho, más de uno me dice que a ver si le ayudo a sacar el DNI", afirma uno de ellos, muerto de risa. Sentados en torno a una mesa, cada uno muestra un perfil distinto. Al principio, son prudentes, van tanteando el terreno. Deformación profesional. Son observadores y cómplices. Se palpa una corriente de confianza entre ellos que es lógica cuando se pone la vida en manos de otra persona. Y la ponen, porque aparecen en escena cuando el objetivo son "los malos más peligrosos". De hecho, el creador del grupo en 1990 decía una frase muy ilustrativa: "Cuando hay un problema, llega la policía de azul, si es más grave, se presentan los de azul oscuro, y cuando la cosa es muy muy grave, van los de negro". Esto siempre sin desmerecer el trabajo de la avanzadilla. Cualquier trabajo policial es arriesgado.
Si se les pregunta qué es lo más difícil, todos lo tienen claro: actuar cuando hay niños de por medio, como el caso que abre este texto y por el que le dieron una "roja" [medalla al mérito] al policía herido. "Es muy duro cuando usan a los chiquillos como moneda de cambio". Y es que en un domicilio puede haber un narcotraficante, pero ese narcotraficante tiene familia, y tiene hijos. "En una ocasión, entramos por sorpresa en un domicilio donde sabíamos que había hachís, y un niño intentó defender a su padre. El pobrecillo lloraba cuando nos llevábamos al detenido, mientras decía: 'Ay papá, te vas a ir con Johnny', que debía ser un tío suyo que ya estaba en la cárcel. Es muy triste", cuentan.
En alguna ocasión, las situaciones tienen un tinte surrealista, incluso, y desgraciadamente, pueden llegar a ser cómicas. "Él entró por una ventana y se plantó en una habitación. Dentro, uno de los niños de la familia gritó: '¡Los ninjas!" La cosa es que el factor sorpresa da para muchas anécdotas. "Todavía recuerdo una vez que teníamos que abordar un barco con droga que estaba a 30 kilómetros de la costa. La verdad es que nos acercamos con tanto sigilo que cuando aparecimos en el puente de mando, con los trajes de neopreno, la cara de ellos fue más de 'de dónde han salido estos tíos', que de preocupación porque los habíamos pillado con las manos en la masa", cuenta el inspector jefe y jefe de los GOES, Delta 3. Porque así es como se llaman entre ellos: Delta 1, Delta 2... Y así hasta 12.
Ellos son, como confiesan sin rubor, "hombres de acción". "El móvil está operativo siempre, también en vacaciones. Más de una vez y de dos hemos interrumpido el descanso para volver al trabajo... Es más, nos mosqueamos si no nos llaman". Tienen claro que son "policías a todas horas", y que su tarea es "totalmente vocacional". Pueden pasar diez horas al sol en una azotea, sin mover un músculo, vigilando una casa donde alguien se ha atrincherado con un arma; aunque, "quizá, lo más incómodo desde el punto de vista físico, es el trabajo en el agua", dice uno de ellos. Cuando hay rehenes hay que actuar con todas las cautelas. Uno de los servicios más sonados de los GOES fue su intervención en una arepera de Tenerife, donde dos delincuentes tenían secuestrados a nueve rehenes. "Nos desplazamos en helicóptero y en una hora y cuarto estábamos allí por orden de nuestros superiores". Gracias a los datos del negociador y de un camarero que dejaron salir los delincuentes, pudieron hacerse una idea de cómo era el local y de dónde estaban situados los agresores. "Aprovechando un momento en el que les llevaban comida y la puerta se quedó entreabierta, pudimos entrar, reducir y detener a los dos hombres, que llevaban una escopeta de cañones recortados y armas blancas".
Las noches también son fastidiadas. "Podemos estar horas y horas esperando el mejor momento para intervenir". Sí, intervenir, porque ellos son el último eslabón de la cadena de la investigación de un caso, y no es recomendable que ronden al sospechoso demasiado tiempo, porque todo puede irse al garete.
El Grupo se creó para situaciones extremas, como los primeros momentos de un secuestro o la toma de rehenes, así como la reducción y neutralización de terroristas, grupos armados y delincuentes peligrosos; y la protección de presos, bienes y personas. Cuando se les pregunta si hay malos muy malos en Canarias, guardan silencio. Quizá no quieren alarmar a la población. "Podemos decir que algo hay", dice uno de ellos para zanjar el tema.
Hacer de escolta tiene su handicap. "Estamos acostumbrados a sorprender, y cuando somos escoltas son los otros los que nos sorprenden, y no nos gusta nada". En cualquier caso, es muy interesante la explicación de cuáles son las medidas que se toman para que esa sorpresa no lo sea tanto. "Nos ponemos en el lugar del terrorista, pensamos dónde se pondría un francotirador para disparar a nuestro protegido, y situamos al contrafrancotirador en el lugar en el que podría anularle. En estos casos conviene, incluso, hacer un poco de alarde, que se nos vea, para disuadir".
Pero, ¿y la familia? Uno se imagina a estos chicos, porque no hay ninguna mujer en el grupo ("no suelen presentarse, pero nos vendría muy bien para muchas misiones"), como personas solitarias, que no pueden amarrarse a nada, ni a nadie... Pues no, casi todos están casados y con hijos. "Te acuerdas de tu gente. Es duro", confiesa uno de ellos mirando al suelo. Pero ninguno ha pensado en dejarlo. Las esposas también hacen preguntas que, en muchas ocasiones, no se pueden responder. "Te dicen cosas como 'pero por qué tienes que ir tú', o te vas y sólo dices que tienes que estar unos días en Lanzarote, y los días pueden ser varias semanas...". En esas ocasiones, el móvil es el vehículo de desahogo de las parejas. "A veces echa fuego", dice uno de ellos con el teléfono en la mano, haciendo un gesto como si quemara.
En ese punto de la conversación, están más relajados. Ya se puede identificar quién es más abierto, quién pasaría totalmente desapercibido en la cola del pan, quién tiene una capacidad innata para ir al grano, el más templado, el más arrojado, la paciencia, la fuerza, el tesón... Y llega la pregunta. ¿Qué hay del mito sexual de los uniformes? Incomodidad, algún ligero rubor, ceños fruncidos. "Dejémoslo en un mito".
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- Forero Iniciado
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- Registrado: 06 Nov 2009 16:30
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Re: Goes (CNP)
Me ha encantado el artículo 

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- Forero Avanzado
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Re: Goes (CNP)
Gracias por el artículo bur, gracias.
- loschatarras
- Forero Vicioso
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Re: Goes (CNP)
muy bueno, que gran trabajo hace el cuerpo de operaciones espeluznantes
un saludo desde aqui para todos

- cyberclon
- Forero Vicioso
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Re: Goes (CNP)
Tiene que ser un trabajo muy emocionante. Enhorabuena a todos los miembros de la unidad.
Yo tuve, años ha, un encuentro con los GOES (o similar) estando yo en el bando contrario, todo por un malentendido, ahora cada vez que lo recordamos nos reímos, pero en el momento yo creo que estuve palido un mes. Y menuda multa...
Un Saludo
Yo tuve, años ha, un encuentro con los GOES (o similar) estando yo en el bando contrario, todo por un malentendido, ahora cada vez que lo recordamos nos reímos, pero en el momento yo creo que estuve palido un mes. Y menuda multa...
Un Saludo
Re: Goes (CNP)
--Desde ahora también tendrán sede en la Coruña.
http://www.elmundo.es/elmundo/2010/07/0 ... 26829.html
http://www.elmundo.es/elmundo/2010/07/0 ... 26829.html
Re: Goes (CNP)
Juer... no sabíabur escribió:--Desde ahora también tendrán sede en la Coruña.
http://www.elmundo.es/elmundo/2010/07/0 ... 26829.html
Una pregunta, bur... cualquier inspector, por ejemplo de la científica, se podría cambiar a ese grupo, o tiene que pasar algún tipo de prueba especial?
Re: Goes (CNP)
--Cualquier policia, independientemente del rango que ostente, en función de las plazas vacantes, puede optar, tras pasar un examen de acceso y superar el correspondiente curso.
Re: Goes (CNP)



las pruebas entre otras sicologicas y fisicas que son tela de dificiles .
- thai-eldiablo
- Forero Adicto
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- Registrado: 22 May 2006 18:54
- Ubicación: Cáceres
Re: Goes (CNP)
Hola a todos, excelente y emocionante articulo, me alegra que se vallan conociendo y venerando en la sociedad, estos cuerpos de elite pertenecientes a nuestros cuerpos de Seguridad del Estado, pues al igual que estos, existen muchos en los diferentes cuerpos. Buen articulo bur y gracias por compartirlo, me alegra tambien porque si se van conociendo sus proezas y sus logros, así no se seguira partierdo el nacle la gente, cuando digo que tenemos de los mejores cuerpos de Seguridad del mundo, al igual que tenemos uno de los mejores ejercitos.
Reitero las gracias y reitero las alabanzas a este cuerpo a sus componentes y a los que publican dicho articulo, un saludo a todos
Reitero las gracias y reitero las alabanzas a este cuerpo a sus componentes y a los que publican dicho articulo, un saludo a todos
Re: Goes (CNP)
Totalmente de acuerdo, pero pasa lo de siempre. En el momento que un politico tiene capacidad de decision sobre la actuacion de la policia y el ejercito, se tiende a desprestigiar a estos cuerpos por los papelones que se les encargan. Y eso por no hablar de la carestia de medios que sufren las tropas españolas en Afganistan. En fin, tenemos lo que nos merecemosthai-eldiablo escribió:... cuando digo que tenemos de los mejores cuerpos de Seguridad del mundo, al igual que tenemos uno de los mejores ejercitos.